martes, 16 de marzo de 2021

Psicosis y los temores de Janet Leigh a pasar por la ducha

 

Janet Leigh se ganó el rol de Marion en "Psicosis" (1960 - Alfred Hitchcock) a fuerza de ser la mejor dando gritos de todas las aspirantes. Lo que no sabía es que la escena en la que tendría que ponerlos en juego, la de su muerte acuchillada en la ducha, le dejaría secuelas de por vida. No fue algo que ocurriera inmediatamente, el rodaje en si no tuvo nada que ver, si no que tuvo como detonante el posterior visionado de la escena completa, tras el cual Janet Leigh desarrolló un agudo temor a ducharse al interiorizar, de forma traumática, la vulnerabilidad en la que se encuentra una persona cuando se encuentra duchándose, de hecho, ella misma reconoció que no volvió a ducharse jamás si podía evitarlo  y se pasó a usar la bañera, pero eso sí, sin correr las cortinas ni cerrar los ojos, no fuera a tener alguna visita inesperada. Lo cuenta ella misma:

"Dejé de ducharme y solo me baño. Y cuando estoy en un lugar donde solo me puedo duchar, me aseguro de que las puertas y ventanas de la casa estén cerradas. También dejo la puerta del baño y la cortina abiertas. Siempre estoy mirando hacia la puerta, observando, sin importar dónde esté la ducha"

"He recibido muchas cartas donde me decían que me iban a hacer lo mismo que Norman Bates le hizo a Marion Crane. Ahora no me llegan tantas como al principio, pero debo decir que fue bastante grave. Hasta el FBI tuvo que intervenir. Afortunadamente, nunca sucedió nada"

Por cierto, la última imagen de Marion ya muerta es al aparecer una imagen congelada, ya que la esposa de Hitchcock, Alma, apreció claramente en la prueba de cámara el pulso en el cuello de Janet, detalle que era inadmisible para el meticuloso director inglés y que fue eliminado con esa pequeña argucia. La escena es tan perfecta que ha sido estudiada desde todos los ángulos y claro, siempre hay quien encuentra alguna pega, así varios oftalmólogos comentaron a Hitchcock que las pupilas de Janet Leigh aparecían contraídas en los planos siguientes a su muerte, cuando realmente debían de aparecer dilatadas, al no tener ya control sobre ellas el sistema nervioso central. Para evitarlo le aconsejaron hacer uso de unas gotas de belladona. Hitchcock parece que no echó el consejo en saco roto y lo tuvo muy presente en películas posteriores. 



Imagen: Cortesía de la estupenda página Doctor Macro: Fuente Original

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