"Tu ropa debería ser lo suficientemente apretada como para demostrar que eres una mujer, pero también lo suficientemente holgada como para demostrar que eres una dama."
La frase es de Marilyn Monroe y no es si no una excusa para dar entrada a la sensacional foto en la que Marilyn juega con la imagen sin brazos de la Venus de Milo.... Escultural que era la chica, de esas que te pueden hacer tartamudear ante su sola presencia, aunque por curioso que pudiera parecer, era ella la que fue durante un tiempo tartamuda, algo poco conocido sobre su persona y que logró superar con profesores de dicción y logopedas. Le aconsejaron hablar con lentitud y con un tono suave que ella inteligentemente supo convertir en uno de sus atractivos. La propia Marilyn hablaba así de su tartamudez durante una entrevista:
"La primera vez fue en el orfanato, y luego en la adolescencia, cuando tenía unos trece años. No sé cómo pasó. Simplemente tartamudeaba. A veces me pasaba cuando estaba muy nerviosa o muy emocionada. Recuerdo que una vez tenía un papelito mínimo en una película. El segundo del director vino y me gritó. Fue horrible. Cuando llegó mi escena, en lugar de decir las líneas del papel, empecé a tartamudear. El director se puso furioso. Se acercó y me dijo: '¡Usted no tartamudea!' Le contesté: 'Eso es lo que usted cree.' Ah, es muy doloroso, ¡dios mío!"
Evidentemente a Marilyn no la iba a parar un asuntillo como este, sus sueños eran su meta, aunque tuviera que vender su alma por conseguirlos:
"Mis ilusiones no tenían nada que ver con ser una buena actriz. Sabía que era de tercera clase. De hecho, podía sentir mi falta de talento, como si fuera ropa barata lo que llevaba puesto por dentro. Pero Dios mío, ¡cuántas ganas tenía de aprender, de cambiar, de mejorar!"
"Solía pensar mientras miraba la noche de Hollywood: Debe haber miles de chicas sentadas solas como yo, soñando con convertirse en una estrella de cine. Pero no me voy a preocupar por ellas. Estoy soñando más fuerte".
"En Hollywood, la virtud de una chica es mucho menos importante que su peinado. Te juzgan por cómo te ven, no por lo que eres. Hollywood es un lugar donde te pagan mil dólares por un beso y cincuenta centavos por tu alma. Lo sé, porque rechacé la primera oferta con bastante frecuencia y me quedé con los cincuenta centavos."
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