"…Basta leer algo de su llamada filosofía para descubrir inmediatamente qué clase de idiota es usted. El otro día leí en un diario suizo alemán algo que evidentemente usted había dicho: ´Vivimos en una época que tiene tres revoluciones por delante: la lucha de la juventud contra la vejez; la lucha de la pobreza contra la riqueza y la lucha de la estupidez contra la inteligencia…´ (…) Le digo categóricamente que las tres revoluciones que lo inquietan no las tenemos por delante, sino que han caracterizado a todas las generaciones de todos los siglos"
Esa era la carta que un hombre común le escribió a Bertrand Russell en 1958. La respuesta del filósofo, matemático, activista social y Premio Nobel de Literatura en 1950 no se hizo esperar:
"Estimado señor:
Hay una categoría de idiotas que usted ha omitido mencionar. Es la categoría de quienes creen lo que leen en los diarios. Yo nunca hice la declaración que usted cita.
Lo saluda atentamente,
Bertrand Russell"
Con ochenta años seguía demostrando que de idiota no tenía un pelo y en sus "Reflexiones en mi octogésimo cumpleaños" decía :
"He vivido en busca de una visión, tanto personal como social. Personal: cuidar lo que es noble, lo que es bello, lo que es amable; permitir momentos de intuición para entregar sabiduría en los tiempos más mundanos. Social: ver en la imaginación la sociedad que debe ser creada, donde los individuos crecen libremente, y donde el odio y la codicia y la envidia mueren porque no hay nada que los sustente. Estas cosas, y el mundo, con todos sus horrores, me han dado fortaleza."
La anécdota inicial nos llegó a través de la amiga Celia Valdelomar.
Imagen: De Wikimedia Commons - (CC0) - Dominio Público en fuente original
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