"Over the Rainbow" se ha convertido en parte de mi vida. Simboliza tan bien los deseos y sueños de la gente que estoy segura de que ése es el motivo por el que la gente llora cuando la oye. La he cantado cientos de veces y sigue siendo la canción que llevo más cerca del corazón (Judy Garland)
En 2012 el traje de "Dorothy", aquel sencillo vestido azul que lucía Judy Garland mientras caminaba por el camino de baldosas amarillas o cantaba "Over the rainbow" en "El mago de Oz" (1938 - Victor Fleming), fue vendido en una subasta por la friolera de 480.000 dólares y hace apenas unas semanas aparecieron las zapatillas rojas de "Dorothy" tras haber sido robadas hace más de trece años. Había una recompensa de 250.000 dólares por su recuperación y se valoran en bastante más de un millón. Unas cantidades que hablan de la leyenda en la que se ha convertido "El mago de Oz" y por supuesto Judy Garland como "Dorothy"; pero que son a la vez toda una barbaridad o un insulto si quieren cuando uno sabe que la pobre Garland, siempre tan maltratada por los estudios, apenas cobró 500 dólares a la semana, cuando los actores que le acompañaban en el camino de baldosas amarillas cobraban 5 o 6 veces más que ella. Hasta Totó, el perrillo que le acompañaba en su aventura y que sostiene en la foto de cabecera, cobraba en comparación más que ella, 125 dólares a la semana, puede que porque ya el perrito tenía "experiencia" en otras películas anteriores y en vez de cantar como los ángeles como la protagonista mantenía que era capaz de ladrar en cinco idiomas.
Judy Garland siempre fue maltratada y minusvalorada a pesar de su enorme valía como actriz y como cantante. Charles Walters la dirigió en varias ocasiones y comentaba: "Judy acudía al colegio con actrices como Ava Gardner, Lana Turner, Elizabeth Taylor, que eran realmente bellas. Ella era una gran máquina de hacer dinero en ese tiempo, una mujercita muy exitosa, pero era el "patito feo" del estudio. Esto, creo, afectó muchísimo sus sentimientos".
De poco servía los premios que atesoraba como cantante o actriz si no lograba ser feliz en medio de aquella locura de barbitúricos y sedantes con los que la exprimían los estudios para mantener unos ritmos de rodaje verdaderamente infernales. En las notas preparatorias de una autobiografía nunca terminada escribía:
“Si soy tal leyenda, ¿por qué me siento tan sola? ¿Por qué me siento en casa durante horas mirando el maldito teléfono? Las leyendas están muy bien si tienes a alguien alrededor que te ama, un hombre que no teme enamorarse de Judy Garland”.
Así no es de extrañar que, al igual que "Dorothy", soñara con una vida mejor y dijera: “Siempre me tomé El mago de Oz muy en serio, ya sabes. Creo en la idea del arcoíris. Y he pasado toda mi vida tratando de superarlo”. No le quedó otra que cantar una y otra vez en su mente aquella canción que la hizo famosa, anhelando ver su sueño cumplido. Simplemente ser feliz. Ojala ahí arriba pudiera chocar los talones de las zapatillas rojas tres veces y volver para ver que sigue en el recuerdo de todos.
"En algún lugar sobre el arcoíris, muy, muy alto hay una tierra de la que escuché contar en una canción de cuna. En algún lugar sobre el arcoíris los cielos son azules y los sueños que te atreves a soñar realmente se vuelven realidad. Algún día pediré un deseo a una estrella y despertaré donde las nubes, lejos están, dejándolas atrás mío... donde los problemas se derriten como gotas de limón. Lejos muy por encima de las chimeneas, ahí es donde me encontrarás. En algún lugar sobre el arcoíris vuelan pájaros celestes. Los pájaros vuelan por encima del arcoíris entonces, oh... ¿por que no podría yo?"
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