Anécdotas de Cine, Música y Arte
miércoles, 19 de junio de 2024
Lolita, Sue Lyon y las tartas de cerezas
domingo, 16 de junio de 2024
¿Y ahora qué? - William Butler Yeats
En la escuela imaginaron sus camaradas preferidos
Que llegaría a ser hombre famoso:
Él también lo pensaba y respetó las reglas,
Sus veinte años de labor repletos:
"¿Y ahora qué?", cantaba el fantasma de Platón. "¿Y ahora qué?"
Todo lo que escribió fue leído,
Y ganó después de algunos años
Dinero suficiente para lo necesario,
Amigos que han sido verdaderos amigos;
"¿Y ahora qué?", cantaba el fantasma de Platón. "¿Y ahora qué?"
Sus sueños más felices se realizaron:
Una casita antigua, mujer, hija e hijo,
Tierras donde crecían ciruelos y repollos,
Poetas y personas de ingenio se agrupaban en su entorno;
"¿Y ahora qué?", cantaba el fantasma de Platón. "¿Y ahora qué?"
"La obra está terminada", pensó ya de anciano,
"De acuerdo con mis planes juveniles;
Y que rabien los necios, yo en nada me desvié,
Algo llevé a la perfección";
Pero aún más fuerte cantó el fantasma: "¿Y ahora qué?"
Imagen: De Wikimedia Commons - CC0 Dominio Público en fuente original
miércoles, 12 de junio de 2024
Stan Getz: "The Sound"
Lo que es incontestable es su talento con el saxofón. Para no pocos, Stan Getz es sin duda el mejor de los saxofonistas blancos. Con claras influencias de Lester Young, su tono era hermosamente cálido, con una sonoridad muy especial y de indiscutible belleza en sus fraseos. De hecho, desde que grabó aquel famoso tema con Woody Hermann titulado "Early Autumn" fue conocido como "The Sound" y se ganó un puesto entre los más grandes. Puede que fuera creador del Cool incluso antes que Miles Davis con aquel álbum "Four brothers" de 1947 junto a Jimmy Giuffre, Herbie Stewart y el sensacional Zoot Sims. Para el gran público es principalmente conocido por sus inmersiones en la fusión del jazz con la música brasileña, sobre todo con la bossa nova. Su colaboración con Charlie Byrd le mostró el camino con el disco "Jazz Samba" y él después se encargó de romper todos los moldes con sus colaboraciones con Joao y Astrud Gilberto y demás compañía. ¿Quién no ha escuchado su saxofón en "La chica de Ipanema"? Y al final eso es lo que cuenta, los soberbios temas que dejó como legado este, como tantos otros, maldito del jazz, uno de esos seres que iban dejando un rastro de incontestable belleza mientras galopaban desaforadamente hacia su autodestrucción. Stan Getz murió en 1991 por un cáncer de hígado.
"Admitámoslo, a todos (los saxófonistas) nos gustaría tocar como él lo hace, si pudiéramos" (John Coltrane sobre Stan Getz)
"Desafinado" con Charlie Byrd:
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domingo, 9 de junio de 2024
Hopper Vs Monterroso
viernes, 7 de junio de 2024
Con tacones y a lo loco
miércoles, 5 de junio de 2024
Ballet: La tortura previa al arte de bailar de puntillas
martes, 4 de junio de 2024
Un héroe llamado Steve Buscemi
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domingo, 2 de junio de 2024
Martin Scorsese por él mismo
"Vivíamos en un apartamento muy pequeño. Yo era el hijo menor. Tenía asma, me quitaron las anginas a los 3 años y pasé 20 años yendo y viniendo de doctores. Me alejaron del deporte y lo único que pudieron hacer fue llevarme al cine. Aquella paz, tranquilidad y meditación fue el Paraíso"
"Yo fui un niño con asma inducido a creer que no conseguiría gran cosa en la vida."
"Mis padres eran obreros ítalo-americanos, no iban a la escuela, no había libros en la casa."
"Mi público son los tipos con los que me crie, listillos, gente de Queens, camioneros, tipos que cargan muebles."
"Las películas tocan nuestros corazones, despiertan nuestra visión, y cambian nuestra forma de ver las cosas. Nos llevan a otros lugares. Nos abren las puertas y las mentes. Las películas son los recuerdos de nuestra vida. Tenemos que seguir con vida."
"Siempre me cabreaba por algo; rompía cosas, provocaba a la gente, era un verdadero horror estar conmigo. Al margen de lo que se dijese, siempre encontraba algo que me ofendía."
"Yo crecí en un barrio ítalo-americano, todo el mundo estaba entrando y saliendo de las casas todo el tiempo, los niños correteando, y ese tipo de cosas"
"Y a medida que fui creciendo, he ido teniendo una tendencia creciente de buscar gente que vive por la bondad, la tolerancia, la compasión, una buena manera de ver las cosas."
"Podemos acabar cada uno las frases del otro y entender cosas que no se dicen. Es como un matrimonio profesional, y los hijos son los filmes" (refiriéndose a Robert De Niro)
"Yo puse en 'Toro salvaje' todo lo que sabía, todo lo que sentía, y pensé que eso sería el final de mi carrera. Es lo que se llama un film kamikaze: se pone todo dentro, se olvida todo y después se intenta encontrar otra manera de vivir".
"Se proyecta mucho dramatismo en las pantallas de nuestra conciencia y nuestras mentes... Y creo que la respuesta común es soportarlo... Sin embargo en los últimos años, he estado practicando la meditación. Es difícil describir el efecto que ha tenido en mi vida. Solo puedo mencionar unas pocas palabras: calma, claridad, equilibrio, y a veces, reconocimiento"
“El cine trata de lo que está dentro del cuadro y de lo que está fuera”.
“Se podrían hacer películas más personales, pero los presupuestos se recortarían.”
"Nuestro mundo está tan saturado de información inútil, las imágenes, las imágenes inútiles, los sonidos, todo este tipo de cosas. Es una cacofonía, es como una locura que creo que ha estado sucediendo en los últimos veinticinco años. Y creo que cualquier cosa que pueda ayudar a una persona a que se siente en un cuarto solo y no te preocupes por todo eso es bueno"
"Lo fundamental que aprendimos de Orson Welles fue el poder de la ambición. En cierto modo es el hombre que más vocaciones de director cinematográfico ha despertado a lo largo de la historia del cine."
"Si me drogaba de ese modo era porque quería hacer muchas cosas, quería acelerar a fondo, llegar hasta el final y ver si me moría."
" Ya no espero mucho de la gente, y no quiero que nadie espere mucho de mi. Solo quiero que me dejen en paz"
"Empecé a tomar drogas para explorar, la mayor parte del tiempo estaba distraído. Fue un tormento. Todo fue culpa de la coca."
"El cine es una especie de estado onírico, o como tomar drogas. Y la impresión de pasar de la sala a la luz del día puede ser terrorífica."
"Soy un cineasta personal que trabaja dentro del sistema. Estoy orgulloso de que se me considere un director de Hollywood."
"La imagen de la sangre saliendo a borbotones... Es purificadora, una fuente de sangre, tan realista... Es como si saliera de mi propia cabeza. Me gusta la idea de ser disparado."
"Me parece que cualquier persona sensible debería ver que la violencia no cambia el mundo, y sí lo hace, sólo lo hace temporalmente."
"No me gustan los rodajes. Demasiada gente a tu alrededor, demasiadas cosas van mal, demasiadas personalidades, y tienes que ser racional. No me gusta serlo."
"Confío en el futuro del cine. Digo esto porque están esos chavales que hace películas con pocos medios, de hecho parece que no dejara de haber nunca gente joven que quiera decir algo con una cámara."
"No hay tal cosa como la violencia sin sentido. "Ciudad de Dios", ¿es eso violencia sin sentido? Es la realidad, es la vida real, tiene que ver con la condición humana. Estando involucrado en el cristianismo y el catolicismo cuando era muy joven, tienes esa inocencia, las enseñanzas de Cristo. En el fondo quieres pensar que la gente es realmente buena - pero la realidad objetiva supera eso.
"Estábamos en un apartamento en Harlem, a punto de rodar, y Michael dijo: "¿ Es esto de verdad ? ¿ La gente realmente vive aquí ? A lo que yo contesté: Pues sí, y esto es uno de los mejores. El pobre hombre no sale de su casa, el simplemente no lo sabía." Acerca de Michael Jackson, 1987
"Yo sólo quería ser un excelente sacerdote normal."
"No necesito el 'Oscar'. Si viene ahora, puede haber llegado demasiado tarde." Nota: Lo dijo antes de recibir su primer premio 'Oscar' en 2006.
"Toda mi vida ha habido películas y la religión. Eso es todo. Nada más."
Imagen: Tomada de Wikimedia Commons - CC BY 2.0 en su Fuente Original
sábado, 1 de junio de 2024
Grandes directores a las órdenes de Billy Wilder
Pero Wilder si que sabía la forma de engatusar a otros directores grandiosos para que trabajaran en sus películas, por supuestos con papeles a su medida. De hecho no creo que haya otro director que haya conseguido tantas gloriosas participaciones de este tipo. A su lado trabajó Eric von Stroheim haciendo del Mariscal Erwin Rommel (foto de arriba) en "Cinco tumbas al Cairo" y de criado en "El crepúsculo de los dioses", la misma película en la que apreció brevemente Cecil B. de Mille haciendo de él mismo, así como Buster Keaton, que además de un maravilloso actor cómico, era a la vez director de la mayoría de sus grandes películas. También contó con Charles Laughton en "Testigo de Cargo" un actor que solo rodó una película como director, pero es de tal calidad "La noche del cazador" que bien puede ser citado en la lista, máxime siendo su trabajo con Wilder posterior a esta película. Hay otros actores que trabajaron con Wilder que terminaron poniéndose detrás de la cámara como directores pero sin grandes resultados y que solo citamos a modo de curiosidad: Ray Milland, Jack Lemmon, Klaus Kinski o Kirk Douglas. Pero del que queríamos hablar hoy era de una vaca sagrada de la dirección, el gran Otto Preminger (foto de abajo) que trabajó a las ordenes de Billy Wilder en "Traidor en el infierno" (Stalag 17 - 1953) en la que daba vida a Oberst Von Scherbach, el sádico comandante de un campo de prisioneros de guerra en el que hacía sus pinitos William Holden. De esta colaboración contaba Wilder Kevin Lally en su libro "Billy Wilder. Aquí un amigo":
"Preminger era la personificación del director autoritario. Tenía una pésima reputación por sus constantes regañinas a gritos a los actores y al equipo técnico. Según cuenta la leyenda de Hollywood, Preminger intentó una vez "tranquilizar" a un actor nervioso acercando su cara a dos centímetros de su nariz y gritándole. "¡Tranquilícese!". Tony Curtis afirma que Wilder le contó que, el primer día de rodaje para Preminger en "Traidor en el infierno", Wilder puso en práctica el mismo truco con el tembloroso director".
https://twitter.com/juanferrervila/status/938021641577213954
viernes, 31 de mayo de 2024
Fragmentos de "Hambre" (1890 - Knut Hamsun)
"Me paré. ¿Qué tenía mi cara? ¿Había comenzado a morir en realidad? Me toqué las mejillas; estaba delgado, no era para menos; estaba desencajado. ¡Dios mío! Volví a andar a pasos cortos. Nuevamente me detuve. Debía de estar hecho una calavera. Y los ojos pronto se me hundirían en la cabeza. ¿Qué aspecto ofrecía? ¡También era ocurrencia del diablo que uno se desfigurase por tener hambre! De nuevo noté que me invadía la cólera, la última llamarada, el último espasmo. ¡Dios me valga! ¿Qué cara, eh? Estaba dotado de una cabeza que no tenía semejante en todo el país; de un par de puños que, ¡vive Dios!, podían moler y pulverizar a un descargador; y con todo, en plena ciudad de Cristianía, tenía que ayunar hasta perder la figura humana. ¿Tenía aquello sentido, estaba dentro del orden y de la medida? Había hecho todo lo hacedero, me había reventado noche y día, como caballejo de pastor, había estudiado hasta que se me saltaban los ojos, había ayunado hasta perder la razón. ¿Qué diablos tenía, en cambio? Hasta las prostitutas rogaban a Dios que me quitase de su vista. Pero ahora se había acabado… ¿Comprendes? ¡Acabado! Aunque el diablo se metiera por medio ¡habría que acabar…! Con creciente furor, rechinando los dientes al sentirme tan acabado, seguí entre quejas y juramentos, echando pestes, sin cuidarme de las gentes que pasaban a mi lado. Volví a martirizarme voluntariamente golpeándome la frente contra los faroles, hincándome las uñas en las palmas, mordiéndome la lengua como un demente cuando hablaba con claridad y riendo furiosamente de mi daño."
Tanto el fragmento inicial, como el que cierra esta entrada pertenecen de la obra "Hambre" (1890) del escritor noruego Knut Hamsun (1859-1952), autor de gran fama en su época y que después de ganar el Nóbel de Literatura en 1920 cayó un poco en desgracia por sus filias con las ideas nacionalsocialistas, lo que no evitó que su obra fuera de gran influencia en legiones de grandes escritores posteriores como: Franz Kafka, Stefan Zweig, Hermann Hesse y los estadounidenses Ernest Hemingway, quien afirmaba que "Hamsun me enseñó a escribir", Henry Miller, Paul Auster, John Fante o Charles Bukowski, quien le consideraba "el mayor escritor que ha vivido jamás".
En "Hambre", Hamsun nos cuenta la historia de un personaje ficticio llamado Widel-Jarlsberg (en el que no pocos encuentran ribetes autobiográficos), cuyo oficio de escritor no le da en modo alguno para comer y cuando intenta buscar trabajo de cualquier otra cosa, nunca consigue nada estable, lo que lo lleva paulatinamente a una situación desesperada en la que no tiene que llevarse a la boca y además está medio muerto de frío en aquella inmisericorde ciudad noruega de Cristianía (hoy Oslo). Debe dinero a su arrendadora y en un momento dado quiere empeñar hasta los botones de su chaleco; no tiene con que comprar nada y a pesar de ello, maniatado por un estricto e irritante código ético personal, se ve obligado a dar limosnas a los necesitados si en su bolsillo quedara todavía alguna moneda y por supuesto no puede permitirse pedir ayuda y rechaza toda aquella que entiende atenta contra su dignidad. Las cosas del maldito orgullo que no pocas veces lleva a oscuros callejones sin salida. Es una novela corta que merece ser leída. Sirva otro fragmento de invitación.
"Comenzaba a oscurecer, cada vez estaba más abatido, me oprimía la fatiga y me recosté en la cama. Para calentarme las manos pasaba los dedos por mi cabello, a lo largo, a lo ancho, de través. Cogía pequeños mechones, pelos arrancados que se me quedaban entre los dedos e inundaban la almohada. No pensaba en ello precisamente en aquel momento, como si no se tratara de mí; por lo demás, tenía cabellos de sobra. Intenté nuevamente sacudir el extraño sopor, que se filtraba en todos mis miembros como una bruma; me senté de nuevo en la cama, me golpeé con la mano las rodillas, tosí todo lo fuerte que me permitía el pecho, y caí de nuevo en la cama. No podía hacer nada; me extinguía sin remedio, con los ojos abiertos, completamente fijos en el techo. Por último, metí el dedo índice en la boca, y comencé a chuparlo. Algo comenzó a moverse en mi cerebro, una idea que se abría camino allá dentro, una invención completamente de loco; ¡eh!, ¿y si mordiera? Y sin reflexionar, cerré los ojos y apreté los dientes. Di un salto. Por fin estaba despierto. De mi dedo goteaba un poco de sangre y la chupé. No me molestaba. Además, la herida no tenía importancia; pero de repente había vuelto sobre mí; movía la cabeza; fui a la ventana a buscar un trapo que ponerme en la herida. Mientras me ocupaba de esto, mis ojos se llenaron de agua y lloré en silencio. El esquelético dedo mordido tenía un aspecto muy lamentable. ¡A qué situación había llegado, Dios del cielo!"
En la primera imagen se puede ver un autorretrato del pintor Edvard Munch, titulado "El vagabundo nocturno" (The night wanderer), óleo que se expone en el Museo Munch de Oslo.
Imagen: De Wikimedia Commons - CC0 Dominio Público en Fuente Original
domingo, 19 de mayo de 2024
"El desengaño": El milagro en piedra de Francesco Queirolo
Es la napolitana Capilla Sansevero, la Pietatella, uno de esos lugares de visita indispensable para los amantes de la escultura, allí nos encontraremos, entre otras maravillas de mármol, con el Cristo Velado de Giuseppe Sanmartino o la sensacional "Modestia" (Pudicizia) -también conocida como "La verdad velada"- de Antonio Corradini, obras que por ese juego con los pliegues del velo que cubre las figuras nos llevan a la más absoluta admiración. Y sin embargo, es otra la escultura que en el mismo lugar y a pocos metros de distancia de las anteriores nos hará pensar en lo imposible, esta es "El desengaño" (Il disinganno), obra realizada por el no muy conocido escultor genovés Francesco Queirolo hacia 1754.
Todos los que vean por primera vez esta escultura pensarán necesariamente que una red de cuerdas cubre parte de la obra, pues resulta inimaginable que esta pudiera ser de mármol dada la perfección y dificultad con la que son tratados los huecos que va dejando su complejo entramado, pero una vez que, movidos por la incredulidad, uno se acerca y comprueba como la red se ajusta a la carne del pescador y que toda ella es de piedra, no podrá reprimir la más profunda admiración ni la creencia de que los milagros son posibles.
No cabe duda de que Queirolo, con las soberbias esculturas de Sanmartino y Corradini ya terminadas, se propuso subir la apuesta a un todo o nada e intentar lo que se consideraba imposible en escultura; para ello escoge el tema de un pescador que se libera de una tupida red que representa el pecado gracias al intelecto representado por un ángel que con una de sus manos señala un orbe terráqueo que alude a las pasiones mundanas y a la biblia que abierta muestra en la latín la frase: “Romperé tu cadena, la cadena de las tinieblas y de la larga noche de la que eres esclavo para que no seas condenado en este mundo”.
La red presenta tal grado de dificultad en su ejecución que todos los ayudantes de Queirolo se negaron a trabajar, no ya en la creación de los trépanos y oquedades que requería la red tal y como había sido endiabladamente concebida, sino que incluso huyeron del simple pulido de la obra por miedo de que aquel milagro en piedra se rompiera en cualquier momento. Se cuenta que el escultor, solo ante su máximo desafío, estuvo siete largos años puliendo con piedra pómez, centímetro a centímetro, aquella red que tenía tanto de simbólico pecado como de orgulloso reto y muestra de talento, trabajando siempre con el corazón en un puño por cualquier error o exceso en la presión ejercida que malograra su espectacular obra, que todo hay que decirlo, está realizada en un solo bloque de mármol. La red parecía que a quien tenía atrapado, en una tarea interminable, era al propio escultor que finalmente logró también librarse de la misma sin ningún tipo de error o daño y pasar gracias a su "más difícil todavía" a la gran historia del arte, tanto que el afamado historiador Giangiuseppe Origilia definió la estatua como: "La última y más difícil prueba a la que puede aspirar la escultura en mármol"
En la misma capilla hay otras obras de Queirolo: La Generosidad, la Modestia, la Sinceridad, el Dominio de sí mismo, la Educación, o los altares de Santa Rosalía o de San Oderisio, todas de bella factura, pero ninguna comparable a la maestría alcanzada con "El desengaño".
En la imagen se pueden ver el Altar Mayor de la Capilla Sansevero, obra de Paolo Persico y las ya citadas Modestia, Cristo Velado, y el Desengaño
Imágenes: Ambas de Flickr: 3cc3h0m0 bianco_senza_ CC BY-NC-SA 2.0 DEED - Img 1 - Img 2
martes, 16 de abril de 2024
Miles Davis, las mujeres y el jazz
domingo, 14 de abril de 2024
De cuando Picasso aún no podía comprarse ni un par de guantes
viernes, 12 de abril de 2024
"Perseo y Andrómeda" de Pierre Puget, "El Miguel Ángel de Francia"
La frase podría haber sido firmada por Miguel Ángel y sin embargo corresponde a Pierre Puget, un escultor, pintor y arquitecto barroco que alcanzó tal maestría y versatilidad en las artes, sobre todo en la escultura, que se ganó con el tiempo el sobrenombre de "El Miguel Ángel de Francia", reconocimiento que resulta muy definitorio de su talento en un país en el que abundan los grandes escultores. En esta línea, el escritor y crítico Theofhile Gautier, escribía en 1854, 160 años después de la muerte del escultor: "Pierre Puget se ha convertido en el mayor estatuario de su época y quizás en el artista más francamente francés del que podemos vanagloriarnos"
Buen ejemplo del dominio que Puget tenía sobre el mármol a la hora de trabajarlo es la obra "Perseo y Andrómeda", realizada por encargo de Luis XIV en 1684 y que actualmente se expone en el Louvre. La obra, en la que Puget contó con la ayuda de Christophe Veyrier, es de un notable virtuosismo y dotada de gran movimiento, tal y como ocurría con las obras de Bernini del que Puget recibió enseñanzas y una gran influencia.
La escultura muestra a Perseo liberando a Andrómeda de la roca a la que había sido encadenada como ofrenda a un monstruo marino a raíz de la jactancia de su madre, Casiopea, que presumía de ser más bella que las Nereidas. Otras fuentes dicen que de quien alababa Casiopea su extremada belleza era de su hija, la propia Andrómeda. El caso es que Poseidón, protector de las Nereidas, molesto por aquellas palabras, inundó las tierras donde vivían los progenitores de Andrómeda con las aguas del mar y envió un monstruo marino (Ceto) de voracidad insaciable que haría estragos entre el ganado. Pronto se supo por el Oraculo de Amón que la única salvación era ofrecer en sacrificio a Andrómeda a aquel monstruo, por lo que la ataron desnuda a una roca a su merced. Cuando Perseo la vio indefensa en la roca se enamoró de ella y tras hablar con sus padres, logró el compromiso de que si la salvaba le sería entregada en matrimonio. Ante el monstruo, Perseo hizo uso de la cabeza de la Medusa que provocó que este quedara convertido en coral. Fue así como la hermosa Andrómeda se convirtió en la esposa del valiente Perseo.
Ya en esta página hablamos de la escultura "Milón de Crotona", una de las obras maestras de Puget, a la que habría que añadir, por ejemplo, su "San Sebastian", ubicado en la genovesa basílica de Santa María Assunta, obra soberbia en la que se puede apreciar igualmente la gran influencia de Bernini.
Imágenes: De Wikimedia Commons - Imagen 1 (CC0) - Imagen 2 (CC BY 3.0)
miércoles, 3 de abril de 2024
Luigi Pirandello, la identidad y las máscaras
"Cada uno de nosotros cree ser siempre el mismo. Y somos uno distinto con cada persona. Nos hacemos ilusión de ser siempre el que creemos ser. Y siempre nos equivocamos"
"Cada uno de nosotros cree que es uno solo, pero eso es una asunción falsa; cada uno de nosotros es tantos, tantos, cuantas son todas las potencialidades del ser que hay en nosotros... Conocemos únicamente una parte de nosotros mismos, y con toda probabilidad, la menos significativa".
"Ser es hacerse el ser que se es y ningún otro"
"¿Qué hace el hombre? Aun cuando sea viejo, siempre está febril; ansía algo, pero sin verse a si mismo; no puede evitar tomar una actitud incluso ante su propio ser, y representa infinidad de papeles que él desea creer auténticos y dignos de ser tomados en serio"
Son palabras del dramaturgo italiano Luigi Pirandello (1867-1936), para el que el ser humano siempre fue un collage de distintas máscaras superpuestas e intercambiables. Logró el Nóbel de literatura en 1934 "por su poder casi mágico para convertir el análisis psicológico en buen teatro". El escritor, siempre humilde y un tanto melancólico, se mostraba, como decía Horacio Hotheguy: "obsesionado por la relatividad de la verdad, la crisis de la identidad, la imposibilidad de ser uno mismo... llevando a planos realistas, la dramática discusión del hombre con su angustia más intima". Su teatro, según sus palabras estaba repleto de todas esas tensiones:
“…Cuando un hombre vive, vive y no se ve vivir. Ahora bien, colocad un espejo ante él y haced que se vea a sí mismo en el acto de vivir y, conmovido por sus pasiones, o se quedará atónito y sin habla ante su propio aspecto, o apartará la vista para no verse, o escupiendo con repugnancia a su propia imagen cerrará el puño como si fuese a golpearla; y, si ha llorado, ya no podrá seguir llorando; y si reía, ya no podrá seguir riendo, y así sucesivamente. En una palabra, se producirá una crisis… Esa crisis es mi teatro”
Pirandello sufrió intensamente la locura de su esposa Antonietta a cuyo cuidado se consagró hasta la muerte de ésta, negándose a ingresarla en un sanatorio mental a pesar de los comportamientos hirientes que esta, en sus desvaríos, tenía para el escritor:
"Hay momentos en que dudo de mi propia razón. ¿Cuál es mi personalidad real? ¿La que he vivido hasta ahora o el fantasma despreciable, mezquino y engañador creado por la locura de mi mujer?"
Su obra más conocida es "Seis personajes en busca de autor" y en torno a ella explicaba la dificultad del acto de crear buceando en su propio yo:
"Queridos amigos, hacer una obra teatral es muy difícil. Y aunque yo haya escrito mas de cincuenta, puedo deciros que cada vez que inicio un drama, los fantasmas de los personajes y sus circunstancias no me dejan en paz. Sé que salen de mi interior, pero he aquí que también, sé que antes convivieron conmigo, día a día, a lo largo de la vida (...). No basta con captar la idea que uno presiente con cierta claridad, también es necesario observar minuciosamente todo lo que ocurre alrededor y sacar conclusiones generales. pero aun entonces la tarea esta lejos de acabar. Las criaturas de mi imaginación, igual que los "seis personajes" tienen una voluntad propia; no se coordinan de una manera armónica, sino que cada una piensa en si misma como núcleo de toda la obra. Y aun cuando haya logrado encuadrar armónicamente a los personajes, ¿cómo voy a encerrarlos, matarlos, dentro de los moldes convencionales?; ¿cómo invento para ellos una nueva escena, un nuevo lenguaje?"
Fue la muerte, junto a la identidad y la locura, uno de los ejes de la obra de Pirandello, y para aquella escribió su última escena: "Ultimas voluntades que han de respetarse":
"Que mi muerte transcurra en silencio; ruego a los amigos, a lo enemigos, no hablar de ella en los periódicos, no darse siquiera por enterados. Ni anuncios, ni participaciones. No se me debe vestir después de muerto. Envuélvaseme desnudo en una mortaja. nada de flores sobre el lecho y ningún cirio encendido. Coche fúnebre de infirma clase, el de los pobres. Desnudo. Y que nadie me acompañe, ni parientes, ni amigos. El coche, el caballo, el cochero y nada más. Quemadme. Y no bien arda mi cuerpo, que se disperse. Querría que nada, ni siquiera las cenizas, quede de mí. Pero si esto no puede hacerse, que la urna cineraria sea llevada a Sicilia y empotrada en la piedra bruta de la Campiña de Girgenti, donde nací"
Imagen: De Wikimedia Commons - Dominio Público CC0 en la Fuente Original
domingo, 31 de marzo de 2024
La provocación de "La Piedad" de Miguel Ángel y su fracaso inicial
jueves, 28 de marzo de 2024
"Manos que no dais, ¿Qué esperáis" Vs "A tal señor, tal honor"
Decía Mario Benedetti en un fragmento de "La gente que me gusta":
"La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE."
No se tarda mucho en comprobar que entre la gente hay buenas personas y malas, a veces según las circunstancias, el momento o la ocasión, pero también que abundan las desatentas, las mal encaradas, las hipócritas y las concentradas en su propio universo de intereses y afanes. Siempre he tenido muy presente el adagio aquel, atribuido a Santa Teresa, que dice: "Manos que no dais ¿Qué esperáis?", pero se termina por entender que por mucho que uno se esfuerce en caminar por la buena senda referida por Benedetti, en dar lo mejor de uno mismo, en prodigar atenciones a los demás y en sembrar afectos no siempre recogerá los frutos, aunque ese fruto sea tan solo un trato educado, es por eso que me llamó la atención una frase leída hoy, sin autor claro, que dice:
"Todo cambió cuando entendí que nadie me debe nada, nadie me debe atención, respeto, reciprocidad, cariño, amabilidad o lealtad. Aprendí que no controlo como me tratan los demás. Pero algo que si puedo controlar es mi presencia, y mi tiempo y eso solo se lo regalo a quienes me valoran."
Y enseguida me vino a la mente aquella frase que tanto decía mi padre: "A tal señor, tal honor"
La imagen pertenece a un cuadro de Gustave Caillebotte, de un hombre enfrentándose al mundo desde su ventana. Su título: "Jeune homme à la fenêtre", el óleo se expone en el J. Paul Getty Museum de Los Ángeles.
Imagen: De Wikimedia Commons - CC0 Dominio Público en Fuente Original