Pues sí, "Ne me quitte
pas", una de las mejores canciones de amor de la historia, parece esconder
una gran mentira, al menos eso mantiene el periodista Julián Ruiz en un
artículo publicado en el Diario El Mundo en marzo de 2014. Según este, Jacques Brel estaba
casado y con tres hijos cuando en 1959 rompió su relación con la que fue mucho
más que su amante, la interesante Suzanne Gabriello, también conocida como
"Zizou" (como Zinedine Zidane). Una actriz cómica francesa de
maravillosa sonrisa que según se cuenta habría ayudado a Brel a introducirse en
ambientes selectos de la cultura parisina. Fue ella quien ayudó al cantante
belga de forma decisiva en la formidable puesta en escena de su famoso
concierto en el Olimpia de Paris, lugar en el que Zizou era locutora. Este
concierto resulta crucial en la carrera de Jacques Brel, el momento desde el
cual empezaría a gozar del reconocimiento general como compositor y cantante.
Fueron cinco años de pasión y secretos, de separaciones y reconciliaciones entre Brel y Zizou, un amor que iba mucho más allá de la simple aventura y que terminaron abruptamente. Según recogen algunas fuentes, parece ser que Zizou habría quedado embarazada de Brel, quien incapaz de divorciarse por sus convicciones religiosas, reniega de dicha paternidad y de cualquier posibilidad de futuro juntos. Zizou, furiosa por el cobarde gesto del cantante, le habría amenazado con hacer pública la situación pero en vez de eso, tras verse abandonada, abortó. Brel por su parte se alejó todo lo que pudo alegando el deber que tenía para con su familia, la misma que tiempo atrás había alejado de sí mismo para vivir su amor con Zizou con mayor libertad.
Muchos apuntan a que la relación entre Brel y Zizou fue la inspiración, meses después de la ruptura, del famoso "Ne me quitte pas", una letra que pudiera parecer el cántico por excelencia del hombre que ruega e implora el no ser abandonado por la mujer amada, llegando a la más rotunda humillación de aceptar convertirse en una sombra de ella o incluso de la de su perro; pero la verdad parece ser otra, esas palabras, si no las mismas muy parecidas, bien pudieron haber salido de la boca de Zizou; no en vano era ella la abandonada a su suerte después de su turbulento romance.
Para Brel fue siempre una canción
dolorosa, una especie de castigo y humillación que se imponía a sí mismo por su
reprobable comportamiento con Suzanne Gabriello. Edith Piaf, que también cantó
la canción (versionada miles de veces), parece que dijo tras escucharla por
primera vez: "Un hombre no debería cantar cosas así" y según se
apunta en el artículo de Julián Ruiz, esta nunca habló bien de Brel pues sabía
de la historia real que había tras la canción.
Brel pensaba que las letras y los
pensamientos no eran suficientes para llegar a lo más profundo de sus oyentes y
que era necesario darle un toque más. Tras recibir clases con Philippe Clay,
famoso actor y cantante francés, Brel decidió teatralizar sus interpretaciones,
algo que se convirtió en un punto determinante en "Ne me quitte pas",
hasta el punto de convertirla en una combinación perfecta entre la letra y lo
que nos transmite la dolorosa expresión del cantante que hasta parece llorar al
cantarla.
Supongo que Zizou cuando lo veía
tan afectado pedir que no se le abandonara se acordaría de aquella otra canción
de la Lupe que decía:
"Teatro... lo tuyo es puro teatro, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro. Fue tu mejor actuación, destrozar mi corazón y hoy que me lloras de veras, recuerdo tu simulacro. Perdona que no te crea, me parece que es teatro y acuérdate que según tu punta de vista yo soy la mala!"
Pero dejémonos de Lupes, y vamos
a la canción, sin duda maravillosa. La canción parece estar trufada de pequeñas
influencias, conscientes o inconscientes para el autor. Brel mezcló
magistralmente sus sentimientos con una pizca de Liszt y algún pasaje de su
Rapsodia húngara nº 6, su pieza favorita cuando era solo un niño que aprendía a
tocar el piano, añadió unos ecos que recuerdan vagamente a Beethoven y su
sonata nº 17 para piano, y le insufló algunos pensamientos de Dostoievski que
hacía que uno de sus personajes se ofreciera como un perro a la mujer perdida.
Finalmente, como amante de la poesía que era, lo aderezó todo con algunos
versos de Lorca singularmente parecidos a ciertos pasajes de la canción.
Zizou siempre mantuvo que Brel
escribió "Ne me quitte pas" para ella e incluso mantenía que se la
cantó en presencia de amigos. Por contra Brel lo negaba rotundamente,
calificando la canción como "la historia de un imbécil y un fracaso. No
tiene nada que ver con ninguna mujer" y abundaba en otra entrevista: “No
es una canción de amor, es una canción sobre la cobardía de los hombres.”
Dijera lo que dijera Brel, es evidente que el tema tiene que ver con una mujer
y es una canción de amor, o de desamor si ustedes quieren, que no deja de ser la otra cara de la misma moneda.
El tema apareció en septiembre de
1959 en el álbum de Jacques Brel titulado "La valse à mille temps", y
aunque no fue un éxito instantáneo, con el tiempo se convertiría en todo un
himno al amor perdido, versionado por los mejores cantantes que cayeron
igualmente rendidos a la magia y belleza de esta incomparable canción.
No me dejes...
deberíamos olvidarlo,
todo puede olvidarse,
lo que ya se fue,
olvidar aquel tiempo de malentendidos
y el tiempo perdido,
aprendamos cómo
olvidar aquellas horas
que a veces mataban
a golpes de porqués
el corazón de la felicidad.
No me dejes
No me dejes
No me dejes
Te ofreceré
perlas de lluvia
que vienen del país
donde nunca llueve.
Escarbaré la tierra
incluso después de muerto
para cubrir tu cuerpo de oro y luz.
Crearé un reino
donde el amor será el rey,
donde el amor será la ley
y tú serás la reina.
No me dejes
No me dejes
No me dejes
No me dejes.
Inventaré para ti
palabras sin sentido
que sólo tú entenderás.
Te hablaré
de aquellos amantes
que vieron por dos veces
sus corazones abrazarse.
Te contaré
la historia de aquel rey
que murió por no haber
podido conocerte.
No me dejes
No me dejes
No me dejes
¿Acaso no se ha visto
renacer el fuego
de un antiguo volcán
que se creía demasiado viejo?
¿Acaso no existen
tierras quemadas
que dan más trigo
que el mejor de los abriles?
Y cuando llega el atardecer,
para que un cielo se inflame,
¿acaso el rojo y el negro
no se abrazan también?
No me dejes
No me dejes
No me dejes
No me dejes.
No lloraré más,
no hablaré más,
me esconderé
para verte bailar, sonreír
y para escucharte
cantar, y después reír.
Déjame ser
la sombra de tu sombra,
la sombra de tu mano,
la sombra de tu perro. Pero...
No me dejes
No me dejes
No me dejes
Fuente: Principalmente La triste historia de "Ne me quitte pas" (El Mundo - Julián Ruiz)
Imagen: Tomada de Pinterest - Fuente Original
Definitivamente,una oda al amor perdido ,dónde se vivió con pasión y termino por temor .
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