Y en cierto sentido, no le faltaba razón… igual hasta guardaba una bocina en su abrigo.
jueves, 31 de diciembre de 2020
Spencer Tracy Vs Harpo Marx
Y en cierto sentido, no le faltaba razón… igual hasta guardaba una bocina en su abrigo.
miércoles, 30 de diciembre de 2020
¿Dónde están los brazos de la Venus de Milo?
martes, 29 de diciembre de 2020
La ambición sin límites: El "Craso error" de Marco Licinio
Entre los hombres más ricos de la historia, si su fortuna fuera actualizada con la inflación, aun se encontraría en el Top 10, junto a los famosos Gates, Bezos, Rockefeller y el resto de la troupe, el ambicioso Marco Licinio Craso, el hombre que, con sus casi 200 millones de sestercios, fue la mayor fortuna del Imperio Romano. Fue el mago de los negocios, de la especulación y la extorsión. Craso no dudaba en cometer cualquier tropelía para hacer crecer su fortuna, daba igual que fueran empresas ilegales, usura, expropiaciones forzadas, entrenamiento de gladiadores o los alquileres de sus muchas propiedades, que por cierto acaparaba con métodos más que dudosos. El desaforado Craso creó el primer cuerpo de bomberos de Roma a la vez que el primer grupo de pirómanos organizados, unos desalmados que iban dando lumbre a las propiedades que eran codiciadas por su jefe. Craso, en un plan perfectamente calibrado, no permitía actuar a sus bomberos hasta que el propietario, ante el peligro de perderlo absolutamente todo, no aceptaba el ridículo precio que Marco Licinio le proponía para quedarse con la propiedad en llamas y si el atribulado propietario, se demoraba mucho en aceptar la oferta, el precio iba bajando rápida y notablemente. Todos terminaban por aceptar ante la devastación creciente provocada por las llamas y la dureza negociadora de un Craso totalmente carente de escrúpulos. Posteriormente la propiedad era reconstruida a precio de saldo por esclavos a su servicio y ese nuevo inmueble, ya reformado, empezaba a generarle jugosas rentas.
Su apoyo económico a Julio Cesar, cuando este más lo necesitaba, fue a buen seguro determinante para que estos desmanes quedaran impunes. Su peso era tal que terminó por formar parte del primer triunvirato junto al propio Julio Cesar y Lucio Cneo Pompeyo, pero su ambición era insaciable; ya no solo quería dinero, también quería la gloria y fue eso lo que lo perdió. Craso nunca llevó bien que no le concedieran un "triunfo" público por su victoria sobre Espartaco. El hecho de vencer a esclavos le quitaba merito a su logro y solo le entregaron una "ovación" por doblegar al correoso Espartaco que tantos temblores de piernas provocó en la todopoderosa Roma.
Se cuenta que el trato que Craso tuvo con sus legiones en la campaña contra Espartaco fue tiránico, tanto, que volvió a recuperar la tradición de la "decimatio", o lo que es lo mismo la muerte de 1 de cada 10 hombres, elegidos al azar, cuando se estimaba que no habían luchado con el suficiente arrojo. Esta práctica, que es el origen del término "diezmar", supuso que del grueso de tropas lideradas por Craso en esta campaña, unos 40.000 legionarios en total, hay quien mantiene que castigó con la muerte por cobardía a nada menos que 4000 legionarios (10%), aunque otros, como Plutarco, mantienen que solo fueron 50 legionarios de una única cohorte los que sufrieron el castigo. Lo que es indudable es que los soldados terminaron por tener más miedo a Craso que al enemigo y con ese extra de motivación aseguraron su victoria final.
Y sin embargo, Craso, erre que erre en la búsqueda de su ansiado "triunfo" público y con ponerse a la altura del talento militar de Julio Cesar y de Pompeyo, una vez marchó al gobierno de Siria, la provincia que le fue asignada y de saquear multitud de ciudades y templos, incluido el Templo de Jerusalén, formó un poderoso ejército con el que pretendía doblegar a los ricos partos. No fueron suficientes las 7 legiones que le acompañaban, aproximadamente 35.000 hombres, para dar cima a sus propositos, muy al contrario, en la batalla de Carras (año 53 a. C.), Craso cometió graves errores estratégicos y tras ser rodeadas sus fuerzas sufrió una derrota total que acabó con la muerte de su hijo y de casi 20.000 hombres. Los legionarios que sobrevivieron darían origen a la mítica "legión perdida".
Cuando ya vencido, Craso intentaba parlamentar fue hecho prisionero por los partos que sabedores de la insaciable sed de riquezas de Craso, le dieron muerte despiadadamente, vertiendo oro fundido por la garganta de quien nunca tuvo piedad con nadie. Sin duda la idea de vencer a los partos fue un gran error, un Craso error, que le reportó a Marco Licinio una dorada y dolorosa muerte.
Ese error de Craso es, según la mayoría, el origen de la expresión todavía hoy utilizada comúnmente. Aunque, todo hay que decirlo, también hay quien mantiene que el "craso" de la frase viene de la palabra "crassus", que en latín significa "grueso, gordo, grosero". Pero una vez apuntada esta opción, estoy seguro de que todos preferiremos la primera posibilidad, y pensar que si cometemos un error de los gordos, uno garrafal, y nos referimos a el como "un craso error" no dejaremos de estar recordando de alguna manera el truculento castigo, que por sus errores, recibió el mayor y más despiadado acaparador de la historia.
El busto de Marco Licinio Craso se expone en el Louvre (Paris) y data de mediados del siglo I.
Imagen: De Wikimedia Commons - Fuente Original (CC BY-SA 2.0)
lunes, 28 de diciembre de 2020
Marlene Dietrich y los limones
Supongo que todas las mujeres en general y las actrices en particular tienen sus trucos personales de belleza para resultar radiantes a los ojos de los demás. Marlene Dietrich no podía ser menos, de hecho, creo que ella se los sabia todos. Al parecer este ángel azul, que supo reinventarse totalmente con los consejos de Josef von Stenberg, tenía la costumbre de chupar trozos de limón entre toma y toma para conseguir que los músculos de la boca le quedarán más tensos. Puede que por ello la impresión que da su expresión facial sea de cierta dureza, a pesar de la cual o puede que precisamente por ella, Marlene sigue resultando enigmáticamente atractiva.
En la foto podemos ver un primer plano de Marlene Dietrich con la caracterización que presentaba en la película "Seven sinners" ("De isla en isla" o "Los siete pecadores") - 1940
Imagen: Cortesía de la estupenda página Doctor Macro. Fuente Original
domingo, 27 de diciembre de 2020
El origen de "Las nanas de la cebolla". Carta de Miguel Hernández a Josefina Manresa
Carta de Miguel Hernández (en prisión) a Josefina Manresa
El añadido era ni más ni menos, que este precioso y doloroso poema:
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.
Una mujer morena
resuelta en lunas
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño
que te traigo la luna
cuando es preciso.
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.
Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.
Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.
Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.
Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.
Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.
Y como no, la voz de Serrat, en una canción a la que puso música Alberto Cortez:
Imagen: De Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0) - Fuente Original
sábado, 26 de diciembre de 2020
El sangriento rodaje de "Murieron con las botas puestas"
En los rodajes de escenas de acción no son nada raros los accidentes y el de la película "Murieron con las botas puestas" (1940) se encuentra entre los más moviditos. Tanto que algunos extras podrían haber utilizado el título de la película como epitafio. El director del film, Raoul Walsh, deseaba dar el mayor realismo posible a las escenas de acción y conseguir que las cargas de caballería que aparecían en esta película superaran a las de "La carga de la Brigada Ligera" (1936) que unos años antes había rodado Michael Curtiz.
No hacía mucho que, para escenificar las caídas de los caballos, se había dejado de usar un método ciertamente cruel llamado "W rodande", con el que se hacía tropezar al caballo y caerlo en el momento adecuado por medio de un alambre disimulado que se colocaba en su camino. El especialista sabía cuando iba a ocurrir aquello y podía preparar la caída, el caballo no tanto, no siendo raro los animales que al caer de bruces se partieran las patas o el cuello provocando su "humanitario" sacrificio. Para el rodaje de "Murieron con las botas puestas" se contrataron especialistas que sabían hacer caer s sus caballos sin necesidad del tenebroso cable. El jinete ponía su pie izquierdo bajo el caballo y después lo zancadilleaba. Era un gesto aquel que al caballo, ya entrenado, le hacía saber que iba a ser derribado y preparaba también la caída evitando los daños de antaño y "humanizando" un poco el rodaje de estas escenas. En aquella época destacaba especialmente un especialista llamado George Dolan, que es al que vemos caer derribado en cada toma en la que el soldadito de turno se gira sobre su caballo y dispara sobre un indio de los que le persiguen.
En cualquier caso, el rodaje de las escenas fue un verdadero desastre y hubo más de un accidente mortal. Uno de los jinetes murió al caer mal de su caballo mientras montaba borracho, otro jinete murió como consecuencia de una mala caída, y en sus memorias, Errol Flynn nos cuenta la historia del tercero de los especialistas muertos en el rodaje, su amigo Bill Meade, aunque mezclando de forma evidente recuerdos de "La carga de la brigada ligera" de Curtiz y "Murieron con las botas puestas" de Walsh, ambas protagonizadas por él:
"Yo estaba otra vez trabajando con Mike Curtiz. Dirigía una carga contra los indios, a mi espalda una brigada de cuatrocientos soldados de caballería. Cruzamos una larga extensión de terreno, una llanura del Valle de San Fernando. El terreno era abrupto, al fondo había montañas, y un hombre con una cámara nos seguía mientras cargábamos. En una acción como ésta no conocías el terreno, y el caballo tampoco. Esperabas salir vivo…
A mi lado cabalgaba un mozo que me caía simpático, Bill Meade. Era de una familia muy conocida de California, y acababa de heredar un millón de dólares. Se había casado con una bella muchacha y acababa de ser padre. Quería ser actor y tenía todas las cartas para conseguirlo. Era muy bien parecido, un atleta, un excelente jugador de polo. Siempre quería cabalgar a mi derecha, o detrás de mí. Bill no lo sabía, pero yo me habría cambiado por él alegremente. Él podría haber sido el actor, hacer esas películas en las que yo no creía, y yo hubiera tenido su millón. Me seguía a todas partes, como un perrito. Yo quería verlo hacer algo en el cine. Él tenía todo lo que la vida puede ofrecer… salvo fama como actor. Ahora cabalgábamos juntos, detrás de los indios, y Mike Curtiz detrás de nosotros… Repetimos la carga dos veces, pero el perfeccionista despiadado, Mike Curtiz, gritaba: «¡Otra, otra! ¡Hay que hacer otra!
Notaba el cansancio a mi alrededor. Los soldados, con sus uniformes plateados, estaban fatigados. Al caballo de Bill Meade le salía espuma por la boca. En mi interior bullía esa rabia que casi siempre me provocaba Curtiz, de que había que dejarlo antes de que ocurriera algo terrible. Con tantas tensiones en el aire, caballos cansados debajo de todos nosotros, cuatrocientos hombres cruzando la llanura como rayos, ruidos, estampidos de pisadas de unos y otros, gemidos, relinchos, caballos doloridos, espadas agitándose enloquecida-mente, y la voz del director chillando sobre todo ello… Me parecía que pintaban bastos, que nos habíamos pasado, que debíamos abandonar. Pero no. Pistoletazo, la señal de acción… Curtiz nos incita a emprender la tercera galopada. Cuesta controlar a los fatigados animales. Noto lo nerviosos que están por los nuevos ruidos crispados que hacen. Oigo al cámara-car avanzar a toda velocidad junto a nosotros, levantando una nube de polvo que nos fastidiaba. Sé que me están encuadrando de perfil cuando grito: – ¡Como rayos, soldados!. ¡Adelante!. Me vuelvo sobre mi caballo y agito la espada ante mi brigada. En un momento así uno desea estar en la retaguardia de la caballería, no delante, porque puede pasar cualquier cosa. Bill Meade avanzaba a mi lado. Llevaba la espada desenvainada, y la empuñaba ante él, al estilo de la caballería. Era el hombre más cercano a los indios. Por el rabillo del ojo vi tropezar a su caballo. Él, como un buen jinete, tiró la espada y se preparó para la caída. Arrojó la espada frente a él, a veinte pies de distancia. Con el impulso del caballo detrás del lanzamiento, la espada hizo una cosa curiosísima. Aterrizó sobre su empuñadura, con la punta hacia arriba. Mientras el caballo completaba su traspié, Meade cayó hacia delante, hacia el suelo… una posibilidad entre un millón de que ocurriera algo así. La espada estaba orientada para el asesinato. Bill aterrizó sobre ella, de manera que la hoja le atravesó de pecho a espalda, a través del pulmón, sin descuidar el corazón».
El rodaje terminó por convertirse en algo tan peligroso que cuando Antohny Quinn, que hacía del jefe indio Caballo Loco, se presentaba en el rodaje para las escenas de carga a caballo de los indios sobre los hombres del General Custer, lo hacía, a modo de broma macabra, montado en un coche fúnebre.
Imágenes: Cortesía de la estupenda página Doctor Macro. Imagen 1 - Imagen 2
viernes, 25 de diciembre de 2020
Charles Aznavour: "El que resiste, gana"
"El que resiste, gana". No, no son palabras de Charles Aznavour, si no de Camilo José Cela, pero al exitoso cantante francés le vienen que ni pintadas, toda vez que visto el éxito cosechado posteriormente resulta llamativo cuanto le costó alcanzarlo. Él mismo decía: "De críticas, siempre fui bien servido. Me decían que era feo, canijo, que no había que dejar cantar a los enfermos". Y es que si con el tiempo fue conocido como el "Frank Sinatra francés" o Charlez Aznavoz (Aznavoice) como reconocimiento a su inconfundible forma de cantar, antes la prensa inglesa se metía con el de forma inmisericorde y lo tildaba de AzNoVoice (Az Sin Voz). Pero Shahnourh Varinag Aznavourián Baghdasarian, el verdadero nombre de este cantante de ascendencia armenia nacido en Paris en 1924, era sobre todo un hombre terco, trabajador y con una fe ciega en sus propias posibilidades.
A mediados de los años 40 se unió a la estela de Édith Piaf con la que paso 8 largos años y junto a la que cantó en innumerables ocasiones. La Piaf supo reconocer el talento de Aznavour, lo quería cerca, pero a la vez lo trataba con cierto desdén. "Le génie con" (el genio gilipollas) parece que le decía, supongo que "cariñosamente". Fue su chico para todo, compositor de canciones, secretario, chofer, confidente, asistente... pero según Aznavour, nunca su amante. No hay duda de que también aprendió mucho de la que posiblemente es la única voz que puede discutirle el trono de la canción francesa.
Admirador de Charles Trenet, siempre lo tuvo como referencia, y como él, quería ser el cantante de sus propias canciones. "Soy un poeta que tiene la capacidad de cantar sus poemas" decía a menudo. Y en 1953, cuando ya llevaba cantando 20 años, llegó su primer éxito: "Sur ma vie", al que seguirían maravillas como "Que c'est triste Venise", "La bohême", "Mourir d'aimer", "Et pourtant".... y tantísimas otras. El cantante bajito, canijo y feo al que todos despreciaban, ese que no tenía nada de lo necesario para triunfar, resistió y ganó. Llegó a ser reconocido como el máximo exponente de la canción francesa, grabó más de 1400 canciones de las que al menos 800 fueron compuestas por él, publicó casi 300 discos y vendió bastante más de 100 millones de discos y aun le dio tiempo para participar en varias decenas de películas. Murió en 2018 a los 94 años, edad a la que seguía cantando, tras más de 80 años de profesión. El escenario era su vida y puede que por ello una de sus frases conocidas fuera esa que decía: "El espectáculo debe continuar".
Terminamos con "La Bohême": Os hablo de un tiempo que los menores de veinte años no pueden conocer...
Imágenes: De Wikimedia Commons - Imagen 1 (CC BY 3.0) - Imagen 2 - (CC0)
jueves, 24 de diciembre de 2020
Fragmento de "Cuento de Navidad" - Charles Dickens
Con este fragmento de "Cuento de Navidad" de Charles Dickens y la maravillosa ilustración de Norman Rockwell titulada como "Freedom from want" pero conocida popularmente como "The Thanksgiving picture" o como nosotros la sentimos "Estaré en casa por Navidad", os deseamos desde esta página unas muy Felices Fiestas en amor y compaña de vuestros seres queridos.
Imagen: De Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0) - Fuente Original
miércoles, 23 de diciembre de 2020
¿Cómo suena una sinfonía de Mozart compuesta con sólo 8 años?
Se cuenta que un jovencito que aspiraba a ser compositor le pidió a Mozart que le explicara cómo podía componer nada menos que una sinfonía, a lo que este le dijo: "Tu eres muy joven. ¿Por qué no empiezas escribiendo algunas baladas?
El chico, que como es normal a determinadas edades, se creía capaz de todo y seguramente no era todavía consciente de que genios de la talla de Mozart hay muy pocos y que además sean capaces de demostrarlo de forma tan precoz menos aún, le respondió un tanto descaradamente: "Pero usted compuso sinfonías cuando solo tenía 10 años".
"Si - replicó Mozart -, escribí sinfonías, peron nunca pregunté cómo tenía que hacerlo"
Pero ¿Cómo eran las sinfónias que Mozart componía a esa edad? Ciertamente, con tan solo 8 años (la edad que tenía en el retrato de cabecera), Mozart ya componía sinfonías, aunque hay que decir que en la primera de ellas, la KV 17, se nota en demasía la mano de su exigente padre Leopold, tanto como para que se discuta cual fue realmente la participación del jovencísimo Mozart en la obra. La segunda de sus sinfonías, catalogada como la KV 18 es una copia de la Sinfonía nº 7 de Karl Friedrich Abel. Asi, realmente la primera sinfonia de Mozart aunque con grandes influencias de Johan Christian Bach, es la Sinfonía nº 1 (tercera en realización) en mi bemol KV 16, una obra compuesta en 1764 durante una estancia del que ya era conocido como "wunderkind" (niño prodigio) en Londres. No es una obra de enjundia todavía, pero sirve a la perfección para hacernos una idea de como podía componer un chaval de tan solo 8 años y del genio que ya bullía en aquel pequeño Mozart, que se atrevía con todo -sin preguntar- y que no tardaría en convertirse en una de las luminarias de la música clásica de todos los tiempos.
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martes, 22 de diciembre de 2020
La "Oración por la belleza de una muchacha" de Dámaso Alonso y la Venus de Cabanel
Tú le diste esa ardiente simetría
de los labios, con brasa de tu hondura,
y en dos enormes cauces de negrura,
simas de infinitud, luz de tu día;
esos bultos de nieve, que bullía
al soliviar del lino la tersura,
y, prodigios de exacta arquitectura,
dos columnas que cantan tu armonía.
Ay, tú, Señor, le diste esa ladera
que en un álabe dulce se derrama,
miel secreta en el humo entredorado.
¿A qué tu poderosa mano espera?
Mortal belleza eternidad reclama.
¡Dale la eternidad que le has negado!
El poema, titulado "Oración por la belleza de una muchacha", es obra del madrileño Dámaso Alonso (1898-1990) y pertenece a su libro "Oscura noticia". El cuadro es obra del pintor francés Alexandre Cabanel (1823 - 1889) y tiene por título "El nacimiento de Venus" (1863), una obra que se expone en el parisino Musée D'Orsay.
Imagen: De Wikimedia Commons - Dominio Público - (CC0) - Fuente Original
lunes, 21 de diciembre de 2020
Julio Cortázar: 10 consejos para escribir cuentos
Fuente: La recopilación de escritos no es de elaboración propia; está tomada de la siguiente página:
http://comoescribiruncuento.blogspot.com.es/2013/08/10-consejos-de-julio-cortazar-para.html
Imagen: De Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0) - Fuente Original