viernes, 31 de julio de 2020

Cinema Paradiso: "Hagas lo que hagas ¡ámalo!"


Alfredo - Cada uno de nosotros tiene una estrella que ha de seguir. Márchate, esta tierra está maldita. Mientras permaneces en ella te sientes en el centro del mundo. Te parece que nunca cambia nada. Luego te vas un año, dos, y cuando vuelves todo ha cambiado, se rompe el hilo conductor. No encuentras a quién querías encontrar. Tus cosas ya no están. Has de ausentarte mucho tiempo, muchos años, para encontrar a tu vuelta a tu gente, la tierra donde naciste. Pero ahora no es posible creo que estas más ciego que yo.
Totó - ¿Quién dijo eso Gary Cooper, James Stewart, Henry Fonda eh?
Alfredo - No Totó eso no lo dijo nadie, esto lo digo yo. La vida no es como la has visto en el cine, la vida es más difícil. ¡Márchate! ¡Regresa a Roma! Eres joven, el mundo es tuyo, yo ya soy viejo, no quiero oírte más, sólo quiero oír hablar de ti.

Alfredo - No regreses. No pienses en nosotros. No telefonees, no escribas. No te dejes engañar por la nostalgia. Olvídate de todos. Si no resistes y vuelves, no quiero que me veas. No te dejaré entrar en mi casa ¿entendido?
Totó - Gracias por todo lo que has hecho por mi
Alfredo - Hagas lo que hagas ¡ámalo! Como amabas la cabina del Paradiso cuando eras niño.

Ese par de escenas en las que el ciego Alfredo invita a volar al joven Totó son bellísimas y cargadas de una significación muy actual ahora que muchos jóvenes han de marchar lejos para poder encauzar sus vidas. "El mundo está lleno de Totós" decía su director, Giuseppe Tornatore, por eso será que esta película nos gusta tanto a todos. Ayer volví a ver Cinema Paradiso (la versión del director) y queda claro que según cambiamos con la edad cambia la forma en la que vemos unas películas que se supone siguen siendo las mismas. Se llega a etapas en las que los mensajes que pasaban desapercibidos florecen de forma rotunda ante nosotros como ecos de nuestra propia experiencia. Si antes uno solo tenía ojos para el pequeño Totó (Salvatore Cascio de niño y Marco Leonardi de adolescente), ahora el Alfredo que nos regala Philippe Noiret me parece inmenso, al igual que el Totó adulto de Jacques Perrin; la escena en la que habla con su madre ya mayor encierra muchas verdades. Lo que me gustaba de anteriores visionados me sigue gustando, pero ahora se añaden más cosas. Tan solo una cosa no cambia, el embrujo de la maravillosa música que Morricone compuso para esta película. 

Giancaldo, el pueblecito siciliano, del que marchará Totó para hacerse un gran director de cine, no existe en realidad, es un trasunto del pueblo también siciliano de Bagheria, muy cercano a Palermo, donde nació el director de la película, Giuseppe Tornatore, que desde muy niño era un gran aficionado a la fotografía y al cine. Me gustaría saber cuántas semejanzas hay entre Tornatore y el pequeño Totó que seguro son muchas ¿Conocería Tornatore al loco que decía ser dueño de la plaza donde estaba el Cinema Paradiso? El director se reservó un cameo muy especial en la película, casi poético, pues es el propio Tornatore el que en la película recoge la cinta con los fragmentos de los besos censurados que Alfredo guardó durante años y hace de operador de cámara ante el emocionado Totó que rompe a llorar ante tan delicado regalo. Un final para quitarse el sombrero. La realidad es que, con esta película, Tornatore consiguió la que posiblemente sea la mejor declaración de amor al cine que se haya filmado nunca. Los italianos a veces se pasan de azúcar en sus películas, pero cuando dan con el punto justo son imbatibles.


Imagen: Desde Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0). Enlazamos la fuente original
https://it.wikipedia.org/wiki/File:Nuovo_Cinema_Paradiso_(film).jpg

jueves, 30 de julio de 2020

Miguel Ángel y la perfección


"La perfección no es cosa pequeña, pero está hecha de pequeñas cosas"

Son palabras de Miguel Ángel Buonarroti, quien tras su obstinada búsqueda de la verdad en el arte sabía muy bien de lo que hablaba.  En cierta ocasión un amigo suyo observando una obra sobre la que estaba trabajando el artista le dijo:
- ¡Pero Miguel Ángel, no has avanzado nada!

El escultor pacientemente empezó a señalarle como había perfeccionado y pulido unos detalles de la mano, como había mejorado la sombra de determinados músculos para darle más sensación de vida o modificado alguna doblez del vestido para que la luz incidiera de forma diferente. Ante esta explicación, el amigo lo interrumpió y le dijo:

- Pero… eso son solo meros detalles, bagatelas.

- Ciertamente, son solo detalles - le contestó Miguel Ángel mientras le miraba fijamente - pero la perfección se hace de detalles; y la perfección no es de ninguna manera una bagatela.

No es de extrañar que ante tal búsqueda de la perfección, una vez Miguel Ángel terminó su Moisés, (escultura que bien pudiera ser la de la anécdota anterior) y viendo aquellas venas por las que sin duda debía correr la sangre, la tensión de los músculos, los cabellos de aquella barba que en modo alguno podrían ser de piedra y la vivacidad de aquel airado rostro, el escultor tras golpear la rodilla de la obra con su martillo le gritara: ¡Habla!

Para la imagen de cabecera hemos elegido un retrato de Miguel Ángel obra de Daniele da Volterra, un buen artista al que, por avatares del destino, se terminó conociendo como "Il braghettone" tras cumplir con el encargo papal de pintar paños sobre los cuerpos desnudos de la Capilla Sixtina. Más abajo podemos ver un detalle del famoso Moisés que pertenece al proyecto funerario de Julio II en San Pietro in Vincoli (Roma)

Imágenes: Ambas están tomadas de Wikimedia Commons. Enlazamos las fuentes originales:

miércoles, 29 de julio de 2020

Truman Capote y las estaciones


"Toda vida humana tiene sus estaciones, y no hay caos interior que dure indefinidamente. El invierno no dura siempre. También existen el verano y la primavera, y aunque a veces, cuando las ramas siguen oscuras y la tierra se resquebraja con el hielo, llega uno a pensar que nunca van a llegar, esa primavera y ese verano llegan, llegan siempre"

Son palabras de Truman Capote recogidas en una carta de este citada en la biografía que le dedicó Gerald Clarke. No cabe duda que para un escritor la mejor primavera es no sentir el pavor del papel en blanco, la falta de ideas, el bloqueo creativo. Truman Capote parecía no tener este problema; era un escritor en extremo meticuloso y al parecer guardaba en su cabeza, como si de un tesoro se tratase, la planificación, con todo lujo de detalles, de todos los libros que iba a escribir en el futuro. Así lo contaba el también escritor Paul Bowles:

"Un día Truman nos trazó su programa literario para los siguientes veinte años. Era tan detallado que por supuesto lo tomé como una fantasía. Parecía imposible que alguien supiese con tanta anticipación lo que iba a escribir. Pues bien, todas las obras que había descrito en 1949 fueron apareciendo, una tras otra, en los años posteriores. Estaban todas en su cabeza esperando a ser incubadas."

En la foto se puede ver a Truman Capote retratado por Roger Higgins en 1959.

Imagen: Tomada de Wikimedia Commons donde figura como Dominio Público (CC0). Se enlaza la fuente original:

Citas de "Revolutionary Road" (2008)


“Si estar loco significa vivir la vida como si importara, entonces no me importa que estemos locos de atar.”
April Wheeler (Kate Winslet)

"No es realista que un hombre con una mente refinada siga haciendo año tras año un trabajo que no soporta, que llegue a su casa, a un lugar que no soporta, con una esposa que no soporta las mismas cosas. Toda nuestra existencia se basa en la premisa de que somos especiales y superiores al resto. Pero no lo somos. Somos como todos los demás. Míranos. Creímos la misma ridícula falsa ilusión. La idea de que hay que resignarse y sentar cabeza cuando tienes hijos. Y nos hemos castigado mutuamente por ello."
April Wheeler (Kate Winslet)

"Si quieres tener una familia debes tener un empleo. Si quieres una casa muy linda y un dulce hogar debes tener un empleo que no te guste."
John Givings (Michael Shannon)

“Saber lo que tenemos. Saber lo que necesitamos. Saber de lo que podemos prescindir.”
Frank Wheeler (Leonardo di Caprio)

Revolutionary road (2008 - Sam Mendes) 
7'3 en IMDB - 6'9 en Filmaffinity
El libro original (mismo título) de Richard Yates, es aún mejor que la película, cumpliendo la norma.

Imagen: Desde Flickr - Tangqkiu - Se presenta etiquetada como Creative Commons (CC BY-NC 2.0)
Fuente: https://www.flickr.com/photos/tangqiu/3230774411

martes, 28 de julio de 2020

¿Cuál fue el Trabajo Final de Carrera de Steven Spielberg?


Steven Spielberg cursó en su juventud la Carrera de Cine y Artes Electrónicas por la Universidad de California, pero abandonó prontamente los estudios para empezar su exitosa carrera como director de cine. No le hizo falta el título para convertirse en uno de los profesionales más exitosos y respetados de Hollywood,  pero llegó un momento en que esa incomoda sensación de lo inacabado se apoderó de él, y por mucho que ya no le hicieran falta para nada, en 2002,  33 años después de haberlos abandonado, decidió dar cima a sus estudios. El caso es que cuando uno va a terminar una carrera universitaria tiene obligatoriamente que presentar su Trabajo de Fin de Carrera y Spielberg, por muchos éxitos y dinero que atesorase no iba a ser una excepción. Así que, mientras sus compañeros de carrera presentaban pequeños cortos de escasos minutos y factura casera, él ni corto ni perezoso, e intentando asegurarse "el aprobado" se decidió a presentar ni más ni menos que "La lista de Schindler". Por supuesto aprobó. El que puede puede...

Imagen: Tomada de Wikimedia Commons - (CC BY-SA 3.0). Se enlaza la fuente original:

Schopenhauer: Sobre la vida y la mentira


"Cada día supone una pequeña vida. Cada despertar y levantarse es un pequeño nacimiento, cada fresca mañana una pequeña juventud y cada irse a la cama y dormir una pequeña muerte"

Son palabras de Arthur Schopenhauer recogidas en su obra "El arte de envejecer" y tan ciertas que esta entrada debería terminar con ellas. A pesar de ello nos atreveremos a contar una anécdota del filósofo para acercarnos un poco más a su forma de ser. Se cuenta que siendo profesor en Berlín, al iniciarse un nuevo curso y en la primera clase en la que conocía a sus nuevos alumnos solía preguntarles:  

- "Por favor, que levanten la mano todos los que hayan leído mi libro sobre las relaciones humanas y la mentira".

Por norma, solían levantar la mano un número considerable de alumnos, momento en el que Schopenhauer daba su primer golpe de efecto a la clase y les decía:

- "Estupendo. Tras esto sé que van a escuchar con atención y conocimiento de causa la lección de hoy sobre la mentira humana, ya que si quieren que les sea franco nunca he escrito ningún libro ni publicación sobre ese tema."

Y para terminar dejamos otra pildorita de las suyas, que igual tacita a tacita nos anima a leer más sobre su persona:

"La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren"

Imagen: Desde Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0). Enlace a la fuente original:
https://es.wikipedia.org/wiki/Arthur_Schopenhauer#/media/Archivo:Arthur_Schopenhauer_by_J_Sch%C3%A4fer,_1859b.jpg

lunes, 27 de julio de 2020

Doisneau Vs Onetti: Duelo de besos


"Se detuvieron los coches y cruzó, llegando hasta la plaza. Siguió andando, siempre calmoso. Una canasta con flores le recordó la verja de Palermo, el beso entre jazmines de la última noche. La cabeza despeinada de la mujer caía en su brazo. Luego el beso rápido en la esquina, la ternura en la boca, la interminable mirada brillante. Y esta noche, también esta noche. Sintió de improviso que era feliz; tan claramente, que casi se detuvo, como si su felicidad estuviera pasándole al lado, y él pudiera verla, ágil y fina, cruzando la plaza con veloces pasos."

El fragmento pertenece al cuento "El posible Baldi" del escritor uruguayo Juan Carlos Onetti (supongo que su segundo apellido "Borges" quedó en la sombra por las posibles confusiones. No es lo mismo decir que un libro es de Onetti que adjudicárselo a Borges). Para ilustrar este precioso fragmento nos hemos decidido por esa foto de Robert Doisneau titulada "Le baiser de l'hôtel de Ville" (1950) popularmente conocida como "El beso" y que traducido sería "El beso del Ayuntamiento" (de Paris).

Imagen: Tomada de Flickr donde figura con licencia Creative Commons:   (CC BY-NC-ND 2.0)
Fuente originalhttps://www.flickr.com/photos/sebastianba/157333167

domingo, 26 de julio de 2020

Homenaje a Olivia de Havilland (D.E.P.)


Ni sumida profundamente en "El sueño de una noche de verano" habría pensado Olivia de Havilland que alcanzaría la edad de 104 años con la que hoy se ha despedido de todos nosotros. Nadie ha sabido mucho de como ha sido "La vida intima de..." Lady Olivia, ni sus secretos para alcanzar tal longevidad, pero la verdad es que con el tiempo, "Lo que el viento se llevó" fue únicamente su juventud. En sus últimos momentos era "Una mujer atrapada" en un cuerpo orgulloso que ya a duras penas le respondía y que tan solo disfrutaba viendo sus películas y la "Luz en la ciudad" cada nuevo día. Sabía muy bien que todos le preparaban "Una canción de cuna para un cadáver" que se intuía próximo pero que se resistía a cerrar los ojos. Ella por su parte solo se preguntaba como serían las cosas "Si no amaneciera", pero "Como ella sola" sabía, no se puede ver el futuro "A través del espejo", hay que esperar el momento para ver que hay más allá del azogue de nuestras vidas. La relación con su hermana Joan Fontaine, propia de un "Nido de víboras" terminó hace solo unos años y tras la muerte el pasado febrero de "El macho" Kirk Douglas había quedado como "La heredera" única de un Hollywood que con su perdida, dice ya adiós a sus glamurosas y "Adorables estrellas". Es como si todo aquel mundo hubiese sido arrasado por "La carga de la brigada ligera" galopando con sus sables al viento. Ella, que tuvo "Predilección" en tantas ocasiones por Errol Flynn, conocido como "El capitan Blood", y al que amorosamente acompañó, bien "Camino de Santa Fé" o de pendencias hacia "Dodge City", se descalzó tan pronto como pudo para engañar a la muerte, después de saber que todos sus compañeros de generación "Murieron con las botas puestas",  y curiosamente el truco le funcionó hasta hoy mismo. A estas alturas, a "La pelirroja" que antaño gritaba "Es amor lo que busco" ya no le quedaba sitio para "Caprichos del corazón" ni para recibir "De nuevo el amor", y afortunadamente la prensa ya no la acosaba con "El enjambre" de periodistas "En busca del oro" de una exclusiva tal y como lo hacían en el pasado. Ahora, eso si, con la noticia de su muerte, con el fin de una época del cine que su marcha representa, ni "Robin Hood", como buen "Caballero y ladrón" podría robarle su último momento de estrellato, su postrera primera página. Ella no tenía prisa, intuía que "La noche es la enemiga", pero como "El rebelde orgulloso" que tantas cosas  le enseñó, sabía bien que "El hombre propone" pero solo Dios dispone el momento final. Llegada la hora, puede que, como todos, haya pasado "Diez horas de terror" antes del final, pero las afrontó convencida de que llegado el momento, y tras unos años en que presintió muy cercano al barquero, podrá mirarle cara a cara y decirle "No serás un extraño". (D.E.P.)

Este pequeño homenaje realizado con los títulos de prácticamente todas las películas importantes de Olivia de Havilland, es una adaptación del que no hace mucho le dedicamos en este mismo blog con motivo de su último cumpleaños. Pensamos que no había mejor reconocimiento que repasar los títulos que la hicieron una estrella.

El día que Oscar Wilde confesó un asesinato


Oscar Wilde, cuyo nombre completo era Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde (más irlandés no cabe) siempre sostuvo que son muy pocas las personas que en realidad se paran a escuchar con atención lo que decimos. En cierta ocasión se decidió a demostrarle a un amigo la validez de tan severa afirmación; para probarlo, y acompañado de este, se presentó deliberadamente tarde en una fiesta a la que había sido invitado. Resultando el personaje más esperado por los presentes, cuando la anfitriona le preguntó por el motivo de su retraso, Wilde le contestó:

"Lo siento señora, pero he tenido que asistir al entierro de mi tía, a la que maté ayer"

Su compañero se quedo de piedra con esta sorprendente y falsa confesión de asesinato en público, pero todavía lo estuvo más cuando escuchó la respuesta que le dio la señora:

- "No se preocupe. Lo importante es que haya venido"

Quién sabe si la anécdota ocurrió realmente, pero como decía el propio Wilde, prolífico en sentencias:

"... y en cuanto a creer en las cosas, las creo todas con tal que sean increíbles."

Imagen: Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0). Se enlaza la fuente original:
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Oscar_Wilde_portrait.jpg

sábado, 25 de julio de 2020

Marguerite Yourcenar: "Las dos de la madrugada"


"Las dos de la madrugada. Las ratas roen en los cubos de basura los restos de un día muerto: la ciudad pertenece a los fantasmas, a los asesinos, a los sonámbulos. ¿Dónde estás tú, en qué cama, en qué sueño? Si tropezara contigo, pasarías sin verme, pues no somos percibidos por nuestros sueños. No tengo hambre: no consigo digerir mi vida esta noche. Estoy cansada: anduve toda la noche para escapar de tu recuerdo. No tengo sueño: ni siquiera siento apetito de la muerte. Sentada en un banco, embrutecida a pesar mío por la llegada de la mañana, dejo de recordar que trato de olvidarte. Cierro los ojos… Los ladrones sólo desean nuestras sortijas; los amantes, la carne; los predicadores, nuestras almas; los asesinos, la vida. Pueden quitarme la mía: los desafío a que cambien algo en ella. Echo hacia atrás la cabeza para sentir por encima de mí el murmullo de las hojas… Estoy en el bosque, en un campo… Es la hora en que el Tiempo se disfraza de barrendero y Dios tal vez de trapero. Él, el avaro, el testarudo; él, que no consiente ver perderse una perla entre el montón de conchas de ostra a las puertas de las tabernas. Padre nuestro que estás en los cielos… ¿Veré yo venir alguna vez a un hombre viejo, con un abrigo pardo, con los pies llenos de barro por haber atravesado Dios sabe qué río para reunirse conmigo? Se dejaría caer en el banco, apretando en su puño cerrado un valioso regalo que bastaría para cambiarlo todo. Separaría los dedos lentamente, uno tras otro, con prudencia, pues el regalo podría echarse a volar… ¿Qué llevaría en su mano? ¿Un pájaro, una semilla, un cuchillo, una llave para abrir la lata de conserva del corazón?"

El cuento pertenece a "Fuegos" (1936) una obra de Marguerite Yourcenar en la que entre relatos y aforismos parece descargar su decepción por el amor no correspondido hacia su editor André Fraigneau. A buen seguro, con la pasión herida, volcó mucho de si misma en una obra que comenzó con un doloroso: "Espero que este libro no sea leído jamás". Como curiosidad sobre la escritora, famosa por sus obras "Memorias de Adriano" y "Opus Nigrum", decir que Yourcenar es una seudónimo creado con las letras de su verdadero apellido "Crayencour" al que después de reordenarlas le resta la repetida letra "c" ¡Hasta para eso mostraba talento!

Imagen: La fotografía de Margarite Yourcenar (1982 - por Bernhard de Grendel) está tomada de los fondos de Wikimedia Commons donde figura etiquetada como (CC BY-SA 4.0). Se enlaza la fuente original:

viernes, 24 de julio de 2020

Albert Camus y la pobreza


«Novela. Infancia pobre. “Tenía vergüenza de mi pobreza y de mi familia. (¡Pero son unos monstruos!) Y si hoy puedo hablar de ello con sencillez es porque ya no me avergüenza aquella vergüenza ni me desprecio por haberla sentido. Sólo conocí esa vergüenza cuando me metieron en el colegio. Antes, todo el mundo era como yo y la pobreza me parecía el aire mismo de este mundo. En el colegio conocí la comparación.

Un niño no es nada por sí mismo. Son sus padres quienes lo representan. Cuando uno ya se ha hecho hombre, hay mucho menos mérito en no conocer estos feos sentimientos. Porque entonces se lo juzga a uno por lo que es, y hasta se llega a juzgar a los padres por lo que uno ha llegado a ser. Ahora sé que habría necesitado un corazón de una pureza heroica y excepcional para no sufrir aquellos días en que leía en la cara de un amigo más rico la sorpresa que no acertaba a disimular al ver la casa donde yo vivía.

Sí, me sentía mortificado, lo que no deja de ser común. Y hasta los veinticinco años soporté con rabia y vergüenza el recuerdo de aquella mortificación porque me negaba a ser común. En cambio, ahora sé que lo soy, y como ya no me importa poco ni mucho, me preocupo por otras cosas... Quería a mi madre con desesperación. Siempre la he querido con desesperación”».

El fragmento pertenece a "Carnets", una compilación de escritos, pensamientos e ideas de Albert Camus, que el escritor empezó a compilar desde 1935 hasta 1951. Es una especie de diario de trabajo de formato irregular en el que se guardan apuntes y reflexiones de toda índole. Cabe tanto la descripción de un paisaje, como una cita literaria, la esencia de una conversación oída en la calle o recuerdos autobiográficos. El fragmento pertenece al volumen V de esos Carnets, al que comprende sus anotaciones entre septiembre de 1945 y abril de 1948.

Imagen: La fotografía está tomada de los fondos de Wikimedia Commons donde figura etiquetada como Dominio Público (CC0). Se enlaza la fuente original:
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Albert_Camus,_gagnant_de_prix_Nobel,_portrait_en_buste,_pos%C3%A9_au_bureau,_faisant_face_%C3%A0_gauche,_cigarette_de_tabagisme.jpg

jueves, 23 de julio de 2020

Imagen Vs Palabra: La fuerza de Poseidón


"Conduciendo su carro a través del mar, Poseidón, dios de los océanos y de los caballos, encarna los dos antiquísimos símbolos del inconsciente: el caballo y el agua. El agua siempre ha evocado en el hombre el misterio del infinito, posibilidades infinitas y peligros infinitos de nuestra conciencia fluida. Al carecer de forma predeterminada propia, está en constante movimiento, nunca cambia y, sin embargo, nunca es la misma en dos momentos sucesivos. Y el caballo personifica en su primitiva potencia los impulsos instintivos de nuestra naturaleza bruta [...]. Poseidón era el más primitivo de los dioses, el que hacía temblar la tierra, el dios de las tormentas y de los terremotos, de la devastación repentina de los maremotos. Los peligros se desatan cuando brotan las fuerzas yacentes que están bajo la superficie de la conciencia."

El fragmente pertenece al libro "Los dioses de Grecia" (1993) obra de la escritora norteamericana de origen griego Arianna Huffington (de soltera se apellidaba Stassinopoulos) y famosa actualmente por ser una de las fundadoras de "The Huffington Post". Para ilustrar el fragmento, o puede que al revés, hemos elegido el maravilloso busto de Neptuno (el Poseidón romano) esculpido magistralmente en 1725 por Lambert Sigisbert Adam. Su barba se me asemeja a ese mar tempestuoso sobre el que el Dios extiende sus dominios. La obra se expone en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles.

Imagen: La fotografía ha sido tomada de los fondos de Wikimedia Commons donde figura etiquetada como (CC BY-SA 2.0). Se enlaza la fuente original:
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Neptune_Adam_1725_La_County_Museum_California.jpg

El doloroso mensaje de Liam Neeson por la muerte de su esposa Natasha Richardson


"Dicen que lo más difícil en el mundo es perder a alguien a quien amas, alguien con quien envejeciste y a quien viste crecer cada día, alguien que te enseñó cómo amar. Es lo peor que le puede pasar a alguien. Mi esposa murió inesperadamente. Ella me trajo tanta alegría. Ella era mi todo. Esos 16 años de haber sido su esposo me enseñaron cómo amar incondicionalmente. Tenemos que parar y ser agradecidos por nuestros cónyuges porque la vida es muy corta. Pasen tiempo con sus esposas (o esposos). Trátenlos bien, porque un día cuando mires desde el teléfono no van a estar ahí. Lo que realmente aprendí más que todo es a vivir y amar cada día como si fuera el último porque un día va a serlo. Arriésguense y vivan su vida. Dile a tus seres amados cada día que los amas. No des por sentado ningún momento. Vale la pena vivir la vida."

Este mensaje fue publicado por Liam Neeson tiempo después de la muerte de su esposa, la también actriz Natasha Richardson, hija de Vanesa Redgrave y del oscarizado director de cine Tony Richardson. La actriz, con casi treinta películas en su haber y más de una decena de obras de teatro, falleció en 2009 con solo 45 años, tras sufrir una caída mientras recibía clases de esquí en la que se golpeó gravemente la cabeza. 

El actor también dedicó posteriormente unas palabras a la verdadera naturaleza del amor: 

"Todo el mundo dice que el amor duele, pero eso no es verdad. La soledad duele. El rechazo duele. Perder a alguien duele. La envidia duele. Todo el mundo se pone estas cosas confundido con el amor, pero en realidad el amor es la única cosa en este mundo que cubre todo el dolor y hace sentir a alguien maravilloso otra vez. El amor es la única cosa en este mundo que no duele."


Imágenes: Las fotografías están tomadas de los fondos de Wikimedia Commons. Se enlazan las fuentes originales:
1.- (CC BY 2.0) https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Natasha_Richardson_in_1999.jpg 
2.- (CC BY-SA 3.0)https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Liam_Neeson_Deauville_2012.jpg

miércoles, 22 de julio de 2020

James Dean y Anna María Pier Angeli: Un amor imposible


"Tiene un alma muy bella. Te golpea inmediatamente. Es bella. Abrumadoramente bella."

Con esas palabras describía James Dean a su gran amor, la actriz italiana Anna María Pier Angeli. Y es que más allá de la indefinida orientación sexual de James Dean lo que parece cierto es que el amor de su vida fue esta bella actriz italiana, que por cierto tenía una hermana gemela, la también actriz Marisa Paván. Dean y Pier Angeli se conocieron mientras el rodaba "Al este del edén" y ella "El cáliz de plata" junto a Paul Newman. Los escenarios estaban uno junto al otro y de vez en cuando se cruzaban, resultando la atracción entre ambos inevitable. El romance no duró más de unos meses. James Dean encontró una resistencia feroz a formalizar la relación en la madre de la actriz, que tras romper con el actor se casaría apresuradamente con el cantante Vic Damone.  

Se cuenta, aunque también hay quien lo desmiente, que James Dean, el eterno rebelde, no aceptó de buen grado la boda de Pier Angeli, y que ni corto ni perezoso se presentó con su moto Triumph en la puerta de la iglesia en la que se celebraba el enlace y mientras se procedía a la ceremonia el actor mantuvo el acelerador de su moto a todo gas para hacer oír su disconformidad. Llorando bajo la lluvia y mientras hacía rugir su motocicleta puede que aun albergara la esperanza de que ella al oírle cambiara de idea y se marachara con él. Puede que sea la mejor escena de James Dean.

Parece que Dean nunca superó la ruptura con Pier Angeli. Su compañera de reparto en "Al este del Edén", Julie Harris, comentó: "Un día me enseñó una especie de colgante egipcio, lo abrió y dentro llevaba un cabello de ella, del día que se conocieron. Me dijo que nunca había sentido nada parecido". Ese colgante puede verse en algunas fotos del actor colgado de su cuello.

El caso es que menos de un año después de la boda de Pier Angeli, Dean murió trágicamente en un accidente automovilístico. Ella por su parte no tardaría en divorciarse de Vic Damone y su siguiente matrimonio no fue tampoco exitoso. Sobre James Dean y sus matrimonio contaba la actriz:

"Jimmy es el único hombre al que he amado como una mujer debe amar a un hombre. Intenté amar a mis maridos pero nunca duró. Me despertaba por la noche y descubría que había estado soñando con Jimmy. Estaba acostada en la cama con mi marido, pensaba en mi amor por Jimmy y deseaba que fuese Jimmy y no mi esposo quien estuviese a mi lado. Me tuve que separar de mis dos maridos porque pienso que una mujer no puede estar enamorada de un hombre y pensar en otro, aunque esté muerto"

En 1971, cuando Pier Angeli tenía tan solo 39 años se quitó la vida. En su nota de suicidio podía leerse: 

"Tengo un miedo horrible a envejecer; para mí, los cuarenta son el comienzo de la vejez... El amor ha quedado atrás, murió en un Porsche". 


Imágenes: Las fotografías son cortesía de la estupenda página Doctor Macro. Se enlazan las fuentes originales:
01.- https://www.doctormacro.com/Images/Angeli,%20Pier/Annex/Annex%20-%20Angeli,%20Pier_07.jpg
02.- https://www.doctormacro.com/Images/Dean,%20James/Annex/Annex%20-%20Dean,%20James_09.jpg

martes, 21 de julio de 2020

Nietzsche, Wagner y el fin de la amistad


"Éramos amigos y nos hemos convertido en extraños. Pero es bien que así sea, y no queremos callar ni escondernos cual si tuviéramos de qué avergonzarnos.  Somos dos barcos, cada uno de los cuales tiene su propio rumbo y destino; podemos ciertamente, cruzarnos en el camino y festejarlo juntos, tal como lo hemos hecho; entonces, los dos barcos fondearon tan tranquilos en el mismo puerto, bañados por el mismo sol, que parecía que hubieran tenido el mismo destino. Pero luego la fuerza irresistible de nuestra tarea volvió a separarnos, empujándonos hacia diferentes mares y vientos y acaso no volveremos a encontrarnos o quizás sí;  pero ya no nos reconoceremos, porque nos habrán transformado otros mares y otros soles.
Una ley superior a nosotros quiso que fuésemos extraños el uno al otro, y por eso nos debemos respeto y por eso quedará más santificado todavía el recuerdo de nuestra amistad pasada. Existe probablemente una enorme curva invisible, una ruta estelar, donde nuestros senderos y nuestros destinos están inscritos como cortas etapas: elevémonos hacia ese pensamiento. Pero nuestra vida es demasiado corta y nuestra vista demasiado débil como para que podamos ser más que amigos en el sentido de esa posibilidad sublime. Por eso queremos creer en nuestra amistad de estrellas, aun en el caso de que fuésemos enemigos en la tierra."

El fragmento, en el que nos hemos atrevido a cruzar un par de traducciones, pertenece a "La gaya ciencia" (1882), obra del filósofo alemán Friedrich Nietzshe. En este párrafo habla de sus amistad con el compositor Richard Wagner (en la imagen), al que conoció en un viaje de este a Leipzig en 1868; ideas y gustos comunes crearon una fuerte amistad que poco a poco, con el paso de tiempo fue deteriorándonse inexorablemente. 

Imagen: La fotografía está tomada de los fondos de Wikimedia Commons donde figura etiquetada como Dominio Público (CC0). Se enlaza la fuente original:
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:RichardWagner.jpg

lunes, 20 de julio de 2020

Chesterton y la locura


"Si el loco pudiera despreocuparse por un momento, recuperaría la cordura. Todos los que han tenido la desgracia de hablar con personas sumidas en la locura o al borde de ella, saben que su principal característica es la horrible claridad con que ven todos los detalles y relacionan una cosa con otra en un mapa mental más complicado que un laberinto. Si uno discute con un loco, lo más probable es que salga perdiendo; su inteligencia es mucho más rápida porque no tropieza con el obstáculo del buen juicio. No le entorpecen el sentido del humor, la caridad ni las mudas certezas de la experiencia. Es tanto más lógico por haber perdido ciertos afectos de los cuerdos. De hecho, la frase con que por lo común se define la locura induce a cierta confusión. No es que el loco haya perdido la razón, sino que lo ha perdido todo menos la razón".

El fragmento pertenece a la obra "Ortodoxia" (1908), un ensayo del escritor británico de Gilbert K. Chesterton. Para ilustrarlo hemos recurrido al más famoso de los locos, a Don Quijote, que en esta ocasión nos llega de la mano de la pintora Lita Cabellut.

Imagen: La fotografía está tomada de los fondos de Wikimedia Commons donde se encuentra etiquetada como (CC BY-SA 3.0). Se enlaza la fuente original:

domingo, 19 de julio de 2020

Homenaje a Juan Marsé (D.E.P.)


“Caminan lentamente sobre un lecho de confeti y serpentinas, una noche estrellada de septiembre, a lo largo de la desierta calle adornada con un techo de guirnaldas, papeles de colores y farolillos rotos: última noche de Fiesta Mayor (el confeti del adiós, el vals de las velas) en un barrio popular y suburbano, las cuatro de la madrugada, todo ha terminado. Está vacío el tablado donde poco antes la orquesta interpretaba melodías solicitadas, el piano cubierto con la funda amarilla, las luces apagadas y las sillas plegables apiladas sobre la acera. (...) Cuelgan las brillantes espirales de las serpentinas desde balcones y faroles cuya luz amarillenta, más indiferente aún que las estrellas, cae en polvo extenuado sobre la gruesa alfombra de confeti que ha puesto la calle como un paisaje nevado. Una ligera brisa estremece el techo de papelitos y le arranca un rumor fresco de cañaveral."

Hoy los periódicos nos daban la mala noticia del fallecimiento de Juan Marsé, uno de los grandes de nuestra literatura. No hay más que leer ese inicio de "Últimas tardes con Teresa" al que dedicamos el inicio de esta entrada para calibrar el valor de su pérdida. Es cierto que el escritor, como en las "Confidencias de un chorizo" que niega la mayor, bien podría habernos advertido sobre este momento diciéndonos: "Si te dicen que caí" no les creas, mis libros, con esa "Caligrafía de los sueños" tan particular que les di,  seguirán vivos por mí para siempre, como "Rabos de Lagartija" que se resisten al inexorable final. Y ciertamente, de quedarnos "Encerrados con un solo juguete" no se me ocurre ninguna distracción mejor que uno de sus libros, ni tan siquiera "Esa puta tan distinguida" conocida como "La chica de las bragas de oro" me resultaría tan atractiva. Por sus libros renunciaría a ser "El amante bilingüe" que la encandilara con mis palabras en otro idioma mientras sonaban "Canciones de amor en el Lolita's Club". Y es que el verbo de Marsé es tan irresistible como "El embrujo de Shanghai" que se apoderó de "La prima Montse" durante aquel inolvidable "Viaje al sur". Pero "Señoras y señores" la realidad, "La gran desilusión", es que Juan Marsé se nos ha ido de verdad, no como "El fantasma del cine Roxy" que vuelve a aparecerse a capricho por la "Ronda del Guinardó" de "Barcelona". Y a pesar de todo, según cuenta "El teniente Bravo" hay rumores de que desde "Esta cara de la luna" tras "Un paseo por las estrellas" llegaron "Noticias felices en aviones de papel" en los que se podía leer escrito un mensaje de su puño y letra que rezaba "Un día volveré".

Imagen: La fotografía, obra de Pedro Madueño, esta tomada de Flickr, donde figura como (CC BY 2.0). Se enlaza la fuente original: https://www.flickr.com/photos/moritzbarcelona/6946184223

sábado, 18 de julio de 2020

Thomas Mann y la monotonía - La montaña mágica


"(...) Se han difundido muchos conceptos erróneos sobre la naturaleza del hastío. Se cree que la novedad y el carácter interesante de su contenido "hacen pasar" el tiempo, es decir, lo abrevian, mientras que la monotonía y el vacío alargan a veces el instante y la hora patéticamente. Pero esto es inexacto, pues, siendo en ocasiones así, la monotonía y el vacío pueden abreviar y acelerar vastas extensiones de tiempo hasta reducirlas a la nada. Por el contrario, un contenido rico e interesante es sin duda capaz de abreviar una hora e incluso un día, pero, considerado en conjunto, confiere al paso del tiempo amplitud, peso y solidez, de manera que los años ricos en acontecimientos pasan con mayor lentitud que los años pobres, vacíos y ligeros, que el viento barre y se alejan volando. El hastío es, pues, en realidad, una representación enfermiza de la brevedad del tiempo provocada por la monotonía. Los grandes períodos de tiempo, cuando su curso es de una monotonía ininterrumpida, llegan a encogerse en una medida que espanta mortalmente al espíritu. Cuando los días son semejantes entre sí, no constituyen más que un solo día, y con una uniformidad perfecta la vida más larga sería vivida como muy breve y pasaría en un momento. La costumbre es una somnolencia o, al menos, un debilitamiento de la conciencia del tiempo, y cuando los años de la niñez son vividos lentamente y luego la vida se desarrolla cada vez más deprisa y se precipita, es también debido a la costumbre. Sabemos perfectamente que la inserción de nuevas costumbres es el único medio de que disponemos para mantenernos vivos, para refrescar nuestra percepción del tiempo, para obtener, en definitiva, un rejuvenecimiento, una confirmación, una mayor lentitud de nuestra experiencia del tiempo y, por ello, la renovación de nuestro sentimiento de la vida en general"

El fragmento pertenece a la obra "La montaña mágica" del escritor alemán Thomas Mann, Premio Nobel de Literatura en 1929.

Imagen: La fotografía, sobre la que no se disponen datos, esta tomada de la página pxfuel donde aparece etiquetada como libre de derechos y habilitada para su redistribución. Se enlaza la fuente original:
https://www.pxfuel.com/es/free-photo-iudbg

viernes, 17 de julio de 2020

Arthur Miller y los alegres amigos del pasado


En ocasiones los encuentros entre viejos compañeros de la juventud implican un juicio previo sobre como ha tratado la vida a cada uno, como si de una especie de toma de posiciones se tratase, especialmente en aquellos sujetos que son presos de su dilatado ego y que ufanándose de sus propios logros miran mal el ajeno. Se cuenta que en cierta ocasión el escritor Arthur Miller, mientras tomaba un café en un bar, fue abordado por uno de esos viejos conocidos que se ufanan de ir voceando a todo el que le quiera oír lo bien que le fue la vida, y que al llegar al escritor le dijo:

-¿No eres tú Arthur Miller?

-Sí, lo soy ¿por qué?

-¿No te acuerdas de mí?

-Tu cara me resulta familiar, pero…

-Soy tu viejo amigo Sam. Estudiamos juntos en secundaria…

-Me temo que…

-La vida me ha ido bien. Poseo unos grandes almacenes ¿A qué te has dedicado tú?

-Bueno, yo….a escribir

-¿Y qué escribes?

-Obras de teatro, sobre todo

-¿Alguna vez te han producido alguna?

-Sí, alguna

-Dime el título, a ver si la conozco

-Bueno… ¿tal vez has oído hablar de “Muerte de un viajante”?

El hombre quedó perplejo con la boca abierta. Su rostro palideció y quedó por un momento sin habla. Unos segundos después preguntó:

-¿No serás tú el Arthur Miller escritor?

La envidia repentina, el súbito ataque de enanismo que invadió al sujeto no sé si le vendría por el talento creador del escritor, por que este fue además uno de los maridos de Marilyn Monroe, o por el éxito incuestionable de aquel viejo compañero de estudios que ahora era una de las inteligencias más valoradas de su país, pero lo que si es seguro es que, si en ese momento, Sheldon Cooper, el personaje de Big Bang Theory, hubiese estado presenciando la escena desde un rinconcito, no cabe duda de que habría dado un salto mientras lanzaba al aire un sonoro "¡Zasca!"

Imagen: La fotografía esta tomada de Flickr donde figura con licencia (CC BY-NC-ND 2.0). Se enlaza la fuente original:
https://www.flickr.com/photos/antoniomarinsegovia/8489733726

jueves, 16 de julio de 2020

Sartre Vs Monet: "La Nausea" y la "Mujer con sombrilla"


"La estimo y la quiero aún con toda el alma. Deseo que otro haya tenido más suerte y habilidad en el juego de los momentos perfectos.(...) Sonreía. Primero perdí el recuerdo de sus ojos, luego el de su largo cuerpo. Retuve lo más que pude su sonrisa, y hace tres años también la perdí. Hace un rato, bruscamente, cuando recibí la carta de manos de la patrona, volvió: creí ver a Anny sonriendo. Aún trato de recordarla; necesito sentir toda la ternura que Anny me inspira; esa ternura está ahí, muy cerca; lo único que pide es nacer. Pero la sonrisa no vuelve: se acabó. Permanezco vacío y seco."

El fragmento pertenece al libro "La náusea" (1938) de Jean Paul Sartre y lo hemos hermanado con el maravilloso cuadro "Mujer con sombrilla" (1875) de Claude Monet. La representada es Camille Doncieux, primera esposa del pintor, y su hijo Jean Monet. El cuadro se expone en la National Gallery of Art de Washington D.C. (EEUU)


Imagen: La fotografía está tomada de los fondos de Wikimedia Commons donde figura etiquetada como Dominio Público (CC0). Se enlaza la fuente original:

"Sexus" - Henry Miller


"Allí fue donde escribí las cartas más demenciales que he redactado en mi vida. Cualquiera que se considere derrotado, desahuciado, sin recursos, puede cobrar ánimo comparándose conmigo. Tenía una pluma chirriante, un tintero y papel: mis únicas armas. Consignaba todo lo que se me ocurría, tuviera o no sentido. Después de haber echado una carta, subía al piso de arriba y me tumbaba junto a mi mujer y, con los ojos bien abiertos fijaba la vista en la oscuridad, como intentando leer mi futuro. Me decía una y otra vez que, si un hombre, un hombre sincero y desesperado como yo, ama a una mujer con todo su corazón, si es capaz de cortarse las orejas y enviárselas por correo, si es capaz de sacarse la sangre del corazón y volcarla en el papel, saturar a esa mujer con su necesidad y anhelo, asediarla eternamente, no puede ser que ella lo rechace. El hombre más feo, más débil, el hombre más indigno ha de triunfar por fuerza, si está dispuesto a dar hasta la última gota de su sangre. Ninguna mujer puede rechazar el don del amor absoluto"

El fragmento pertenece a la obra "Sexus"(1949), que junto a "Plexus" y "Nexus" forman el tríptico "La crucifixión rosa" del escritor estadounidense Henry Miller. En "Sexus" el escritor aborda detalles del divorcio con su primera esposa hasta su matrimonio con June Miller, la segunda. La obra, se incluyó en la lista de "Los cien libros del siglo", elaborada por el diario "Le Monde" en 1999 tras preguntarle a sus lectores "¿Qué libros se han quedado en su memoria?" 

Imagen: La fotografía está tomada de los fondos de Wikimedia Commons donde figura etiquetada como Dominio Público (CC0). Se enlaza la fuente original:
https://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Henry_Miller#/media/File:Henry_Miller_1940.jpg

miércoles, 15 de julio de 2020

Las estrecheces de Balzac


"Tener o no tener rentas, esa es la cuestión, dijo Shakespeare"

Así jugaba Balzac con las palabras del literato inglés amoldándolas a sus propias inquietudes, que por estar habitualmente a la cuarta pregunta, estaban siempre relacionadas con la escasez de fondos. No eran grandes las comodidades que podía permitirse  Balzac, que de hecho vivía en una pobre buhardilla de un barrio deprimido de París, sin calefacción y escasamente amueblado.

El caso es que el escritor se veía abocado, con demasiada frecuencia,  a la nunca agradable situación de tener que pedir dinero prestado o por adelantado, lo que provocaba que tuviera una nutrida corte de acreedores revoloteando a su alrededor esperando tener la suerte de cobrar algo. Uno de esos cuervos negros abordó al escritor e intentando inspirarle lástima para poder cobrar le dijo:

"Mire usted, monsieur, mañana debo pagar una deuda muy importante y le agradeceré mucho que tenga a bien pagarme usted hoy"

Balzac, que después de haber tenido que lidiar a diario con este tipo de "amigos" se sabía ya todas sus triquiñuelas para intentar cobrar y por supuesto todas las respuestas posibles para eludir pagar, no se amilanó ni por un instante y fingiendo estupefacción le replicó a su esperanzado acreedor:

¡Muy bonito, usted se dedica a contraer deudas y viene a mi casa con la intención de que yo se las pague!

Como os podéis imaginar el sujeto se marchó como llegó, con las manos igual de vacías; pero la anécdota ilustra a las claras, las estrecheces en las que vivía el escritor, y por si no fuera suficiente, sirva aquella otra en la que se refiere la alegría, apenas contenida, que manifestaba Balzac cuando contaba sus amigos la muerte de un tío suyo que le había dejado en herencia todos sus bienes, con una frase ciertamente reveladora:

¡Ayer al anochecer, mi tío y yo pasamos a mejor vida!

No sé cuanto tiempo le duraría la bonanza económica, si la malgastó, la invirtió en negocios ruinosos, como solía ocurrirle o si de ella hicieron presa los acreedores, pero a buen seguro que durante algún tiempo el autor de "La comedia humana" pudo permitirse el mejor de los cafés.

El busto de Balzac con el que ilustramos la entrada es obra del escultor francés Jean-Alexandre-Joseph Falguière (1833-1901) y se expone en el Museo de Arte de Los Ángeles.

Imagen: La fotografía esta tomada de los fondos de Wikimedia Commons donde figura etiquetada como Dominio Público (CC0). Se enlaza la fuente original:
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Portrait_of_Honore_de_Balzac_LACMA_M.81.262.1.jpg

martes, 14 de julio de 2020

¿Qué nos habría dicho Cantinflas si hubiera sido diputado?


"Pueblo que me escucha, aquí me tienen delante de ustedes y ustedes delante de mí y es una verdad que nadie podrá desmentir. Y ahora me pregunto ¿y porque estoy aquí? Y enseguida tengo mi "respuestación", porque soy muy rápido en todo. Estoy aquí porque no estoy en ninguna otra parte y porque ustedes me llamaron y si el pueblo me llama, el pueblo sabrá por qué lo hizo. Yo, contrariamente a lo que dijo cierto sujeto, que no quiero pronunciar su nombre pero que lo estoy viendo, no represento a ningún partido y no represento a ningún partido porque me represento yo solito, porque como dice el dicho "más vale solo que mal acompañado" 

Agradezco estos aplausos tan desnutridos a la par que merecidos, que me incitan a seguir discurseando. Y ustedes se preguntarán: Este joven de tan tierna edad, de aspecto tan distinguido, de facciones regulares y agradables, ¿será capaz de conducir la nave a buen puerto? ¿será capaz de sortear todos los peligros, hasta encontrar el faro de la felicidad donde les deje positivamente seguros? Y este joven, este mismo, que entre paréntesis es el que les habla les contestará: A pesar de ser tan pollo, tengo más plumas que un gallo y sobre todo, tengo ganas de hacer justicia y darle al pueblo lo que el pueblo necesita.

Yo al revés que otros les voy a dar pan, pero que mucho pan, no bolillo como siempre les han dado"

¡Esto si que es un político! Son palabras de Mario Moreno "Cantinflas" en la película "Si yo fuera diputado" (1952).  Y mientras esperamos que nos llegue un "peladito" que salte al ruedo y mejore el discurso político actual (sea cual sea la tendencia), dispónganse todos a seguir recibiendo bolillo.... La fotografía de cabecera es de la película "La vuelta al mundo en 80 días" (1956)


Imagen: La fotografía es cortesía de la estupenda página Doctor Macro. Enlazamos la fuente original:

lunes, 13 de julio de 2020

Leonardo Vs Miguel Angel o Pintura Vs Escultura


"La escultura no es una ciencia, sino un arte mecánico, porque cuesta al escultor sudor y fatiga corporales. Entre la pintura y la escultura no encuentro otra diferencia que ésta: el escultor ejecuta sus obras con más fatiga corporal que el pintor, y el pintor las suyas con más fatiga intelectual"

Son palabras de Leonardo da Vinci a las que otro grande, Miguel Ángel Buonarroti opuso estas otras:

"Digo que la pintura me parece tanto mejor, cuanto más se parece al relieve, y que el relieve me parece tanto peor, cuanto más se aproxima a la pintura; la escultura me parece la linterna de la pintura; entre la una y la otra, hay la misma diferencia que entre el sol y la luna"

Yo particularmente, aun siendo un rendido admirador de la pintura siempre me he sentido más sobrecogido ante una gran escultura, un logro que siempre me ha parecido milagroso. Para defender las palabras de cada uno hemos encabezado la entrada con la maravillosa Dama del Armiño (c. 1490) de Leonardo, obra expuesta en el Museo Nacional de Cracovia, a la que da respuesta el Baco (1497) de Miguel Ángel, obra expuesta en el Museo Bargello de Florencia.


Fuente: Las frases se han tomado del libro: Leonardo da Vinci "El sabio, el artista, el pensador" Vol I (Eugene Müntz)

Imágenes: Ambas fotografías han sido tomadas de los fondos de Wikimedia Commons, donde figuran etiquetadas como Dominio Público (CC0). Se enlazan las fuentes originales
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Michelangelo_Bacchus.jpg
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:The_Lady_with_an_Ermine.jpg

Carta de Yoko Ono al difunto John Lennon


Te extraño John. 27 años han pasado, y todavía deseo poder regresar el tiempo hasta aquel verano de 1980. Recuerdo todo -compartiendo nuestro café matutino, caminando juntos en el parque en un hermoso día, y ver tu mano tomando la mía- que me aseguraba que no debía preocuparme de nada porque nuestra vida era buena. No tenía idea de que la vida estaba a punto de enseñarme la lección más dura de todas. Aprendí el intenso dolor de perder un ser amado de repente, sin previo aviso, y sin tener el tiempo para un último abrazo y la oportunidad de decir "Te Amo" por ultima vez. El dolor y la conmoción de perderte tan de repente esta conmigo cada momento de cada día. Cuando toqué tu lado en nuestra cama la noche del 8 de diciembre de 1980, me di cuenta que seguía tibio. Ese momento ha quedado conmigo en los últimos 27 años -y seguirá conmigo por siempre.

Aun más difícil para mi ha sido observar lo que le fue quitado a nuestro hermoso hijo Sean. El vive en silencio la ira de no tener a su papá, a quien amaba tanto, y con quien compartía su vida. Sé que no estamos solos. Nuestro dolor es compartido con muchas otras familias que sufren como victimas de una violencia sin sentido. Este dolor tiene que parar.

No dejemos que se desperdicien las vidas de aquellos que hemos perdido. Juntos hagamos del mundo un lugar de amor y alegría, y no un lugar de miedo y rabia. Este día en que se conmemora el fallecimiento de John, se ha hecho cada vez más y más importante para mucha gente alrededor del mundo como un día para recordar su mensaje de Paz y Amor y hacer lo que cada uno de nosotros pueda para sanar este planeta que nos acoge.

Piensen en Paz, Actúen la Paz y Extiendan la Paz. John trabajó por ella toda su vida. Él solía decir "No Hay Problemas, Sólo Soluciones". Recuerden, estamos todos juntos. Lo podemos hacer, debemos hacerlo. Te amo!

Yoko Ono Lennon.

Carta escrita por Yoko Ono en el 27 aniversario de la muerte de su marido John Lennon.

Imagen: La foto esta tomada de los fondos de Wikimedia Commons donde figura etiquetada como Dominio Público (CC0). Se enlaza la fuente original:
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Yoko_Ono_and_John_Lennon_at_John_Sinclair_Freedom_Rally_(cropped).jpg

domingo, 12 de julio de 2020

Gabo y la difícil génesis de "Cien años de soledad"



"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo"

Así comienza "Cien años de soledad", la obra cumbre de Gabriel García Márquez, una novela que nace de una inspiración repentina en un viaje junto a su familia a Acapulco. El escritor lo cuenta así:

"De pronto, a principios de 1965, iba con Mercedes y mis dos hijos para un fin de semana en Acapulco (México), cuando me sentí fulminado por un cataclismo del alma tan inmenso y desgarrador que apenas si logré eludir una vaca que se atravesó en la carretera. Rodrigo dio un grito de felicidad:

-Yo también cuando sea grande voy a matar a vacas en carretera.

"No tuve un minuto de sosiego en la playa. El martes, cuando regresamos a México, me senté a la máquina para escribir una frase inicial que no podía soportar dentro de mí: ´Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo´. Desde ese entonces no me interrumpí un solo día, en una especie de sueño demoledor, hasta la línea final en que a Macondo se lo llevó al carajo".

Sintió que "debía contar la historia como mi abuela me contaba las suyas, partiendo de aquella tarde en que el niño es llevado por su padre para conocer el hielo" y así se aplicó durante dieciocho meses a darle forma a su historia.  No fue fácil, escribía seis horas diarias, encerrado en un cuarto al que llamaba "La cueva de la mafia", se encontraba sin trabajo, con necesidad, con deudas pero también sin dudas sobre lo que estaba creando. Cuando terminó el libro ni tan siquiera tenía dinero para enviarlo a la editorial. Era el momento del todo o nada. El propio Gabriel García Márquez relata aquel momento decisivo: 

"El día que lo terminé (Cien años de soledad) nos fuimos al correo Mercedes y yo. Eran 700 páginas. Entonces lo pesaron y dijeron que costaba 83 pesos de México a la Argentina. Y Mercedes me dijo: "No tenemos sino 45". Mira, muy fácil, partí el libro por la mitad y le dije: "Pésenme este libro hasta 45 pesos". Pesaron hasta 45 pesos y estaban no más como quien corta carne. Cuando llegó a 45 pesos agarré esas hojas, las envolví, las mandé y nos quedamos con el resto. Entonces, nos fuimos a la casa y Mercedes sacó lo último que faltaba por empeñar que era: el calentador que yo usaba para escribir -porque yo puedo escribir en cualquier circunstancia, menos con frio-, el secador que usaba para la cabeza y la batidora. Se fue con eso al Monte de Piedad y le dieron unos 50 pesos. El hecho es que volvimos con el resto de la novela al correo. La pesaron y dijeron: "Cuesta 48 pesos". Mercedes pagó sus 50 pesos, le dieron dos vueltos y yo me di cuenta de que, cuando salimos del correo, estaba verde de encabronamiento y me dijo: "Ahora, lo único que falta es que esta novela sea mala".

Así lo recordaba el escritor, el mismo que dijo:
"La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla"

Parte de lo que contamos en esta entrada lo relata el escritor en la siguiente entrevista de 1976:


Imagen: La imagen está tomada de los fondos de Wikimedia Commons donde figura como (CC BY SA-2.0). Se enlaza la fuente original:
https://ca.wikipedia.org/wiki/Fitxer:Gabriel_Garcia_Marquez.jpg