“Ninguno de los guiones que me ofrecían me daba ganas de
interpretar a la chica, siempre prefería al hombre. Los personajes femeninos
suelen ser un catalizador para la historia del hombre, lo cual es
insatisfactorio”
Son palabras de la australiana Margot Robbie, una actriz con las ideas claras y que lucha desesperadamente porque se le reconozca su valor como interprete más allá de su maravillosa sonrisa y sus expresivos ojos, incluso ha creado su propia productora, LuckyChap Entertainment, junto a su marido y algunos amigos para tener mayor control sobre su trabajo y como dice la actriz: “dar poder a las voces femeninas tanto delante como detrás de la cámara” o "No quiero ser solamente la cara de la película sin tener voz en cómo está escrita, reescrita, dirigida, presupuestada o promocionada”. Títulos como “Yo, Tonya” o “Barbie” son fruto de esa iniciativa.
El papel que lanzó a la fama a Margot Robbie fue el de Naomi Lapaglia en "El Lobo de Wall Street" (2013 - Martin Scorsese) como pareja de
Leonardo di Caprio. El casting tuvo un desarrollo, cuando menos, algo inesperado.
La actriz, que ya había brillado en "Focus" junto a Will Smith, era consciente de que tenía una sola bala para lograr captar el interés tanto de Martin Scorsese como de di Caprio. Su agente le había avisado de que no se hiciera ilusiones, pero que era buena idea intentarlo. La prueba consistía en una discusión. Margot Robbie lo cuenta así en Vanity Fair:
“Empiezo a gritar y él me grita a mí. Él es realmente aterrador y apenas podía
mantener el ritmo”, entonces el actor le dijo “debes estar feliz por tener un
marido como yo. Ahora ven aquí y dame un beso”. Margot buscaba en su cabeza cómo
resolver la escena de una forma diferente y atractiva mientras se acercaba
mucho a la cara de Leonardo. “Pensé, ‘tal vez debería darle un beso. ¿Cuándo
tendré otra oportunidad de besar a Leo DiCaprio? Pero en lugar de eso le pegué
en la cara. Él me gritó, ‘¡que te jodan!’. Y eso no estaba en el guion en
absoluto. La habitación se quedó en silencio y me congelé”.
En ese instante, y ante aquel silencio sepulcral, pensó que
la apuesta le había salido mal, que aquel bofetón fuera de guion le podía salir
caro. La actriz lo contaba así: “Pensé: ‘Te van a arrestar,
estoy bastante segura de que eso es agresión, lesiones. No solo no volverás a
trabajar jamás, sino que de hecho vas a ir a la cárcel por esto, idiota. Y
además, ¿por qué tuviste que hacerlo tan fuerte? Podrías haberlo hecho más
suave.”
Pero una vez paso aquel par de segundos interminables, tanto Martin
Scorsese como Leonardo di Caprio se echaron a reír a carcajadas y le dieron el
papel. Como ella misma dice: "Definitivamente no tengo miedo al fracaso…
Si sabes que vas a fracasar, fracasa de forma gloriosa.”
Su agente le había dicho: “Si alguna vez te decides por
hacer un desnudo, este es el director con quién deberías hacerlo”. “El lobo de
Wall Street” contaba con una escena de desnudo que era la que más preocupaba a
la actriz desde que leyó el guion. Scorsese le ofreció usar un albornoz para no
tener que mostrarse totalmente desnuda, pero ella sabía bien lo que tocaba y le
contestó: “Tiene que estar desnuda. Tiene que poner todas sus cartas sobre la
mesa”. Cuando llegó la hora de la escena se motivó con tres chupitos de tequila
y salió exitosa del trance.
“Sabes, no tenía mucha confianza en mí misma. … Pero no fue hasta que conseguí 'El lobo de Wall Street' que empecé a sentir como, ‘Quizás merezco un asiento en la mesa.’” Y una vez bien acomodada no tardarían en llegar: Yo Tonya, Érase una vez en Hollywood, El escuadrón suicida, Babylon, Barbie y esperemos que muchas más.
Imagen: De Pinterest (Robert Sullivan) CC0 en la Fuente Original
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