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sábado, 27 de agosto de 2022

John Ford y los retrasos


"Nunca pensé en lo que hacía en términos de arte, o esto es grande o estremecedor, o cosas por el estilo. Para mí siempre fue un trabajo, que yo disfruté enormemente"

Son palabras de John Ford, reconocido por la mayoría como el mejor director de cine de la historia. Era un tipo con las cosas muy claras y amigo de pocas tonterías, de este modo si podía resolver una escena con una toma lo hacía y evitaba repetirlas por repetir y gastar metros de película con el único argumento de "por si acaso". Solía moverse dentro del calendario de rodaje prefijado, pero si era necesario sabía cortar por lo sano para no salirse de presupuesto. Hay una anécdota famosa al respecto que cuenta el cámara Joseph La Shelle en el libro que Peter Bogdanovich le dedica al director:

"Estábamos haciendo una película y el jefe del estudio envió a su ayudante a decir a Ford que llevaba un día de retraso.
-"Ah -dijo Ford muy cortés-. ¿Y cuántas páginas se figura que podemos rodar al día?"
-"Unas ocho, supongo" - dijo el tío-.
-"¿Quiere darme el guion?" - preguntó Ford, y el ayudante se lo dio. Contó ocho páginas que todavía no se habían rodado, las arrancó y le devolvió el guion- "Ahora puede decirle a su jefe que ya estamos al día" - le dijo. Y ya no rodó las ocho páginas"

Un tipo ciertamente singular, casi indefinible, aunque otro gran director, Frank Capra, intentó acercarse:

"John era mitad tirano, mitad revolucionario; mitad santo, mitad demonio; mitad posible, mitad imposible; mitad genio, mitad irlandés; pero un director completo y para siempre"

Imagen: De Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0) - Fuente Original 

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