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lunes, 25 de abril de 2022

Cyd Charisse: La tentación verde



Cyd Charisse fue una de las grandes diosas de los tiempos dorados de Hollywood. Sus piernas eran legendarias, tanto que en 2001 llegó a aparecer en el libro Guinness de los récords en el apartado "Piernas más valiosas", gracias al seguro que contrató en 1952 por valor de 5 millones de dólares (de los de entonces) para protegerlas, dejando muy por detrás el hito de su antecesora en tal cuestión, la conocida como "la chica de las piernas del millón de dólares" que no era otra que Betty Grable.

Pero más allá de la belleza está el talento y Cyd Charisse poseía unas dotes extraordinarias como  bailarina que la hicieron aparecer en algunos de los musicales más gratamente recordados de los que se hicieron en Hollywood. Baste recordar su aparición en "Cantando bajo la lluvia" (Stanley Donen - 1952), una película perfecta, en la que para colmo, en medio de tanta diversión y alegría, aparece nuestra Cyd Charisse vestida de verde, dando vida a una rotunda devorahombres que vuelve loco al genial Gene Kelly y que con solo levantar una pierna al cielo sujetando el sombrero del estupefacto bailarín paró el mundo por un instante e hizo a todos pensar en verde aunque no hubiera cerveza cerca. Pocas veces una sola escena tuvo tanto impacto. Su personaje no tenía ni tan siquiera nombre, pero nadie olvida hablar de ella cuando acaba la película, tanto entonces como ahora, setenta años después. Por su culpa, si la tentación tuviera algún color, no cabe duda de que sería el verde.

Con Kelly también grabó "Brigadoon" (Vincente Minelli - 1954), pero antes rodó la sensacional "Melodías de Broadway 1955" (Vincente Minelli - 1953) en la que la Charisse esta vez se vistió de rojo y se marcó un baile sencillamente espectacular con Fred Astaire -que incluimos al final de esta entrada- quien con razón la definía en sus memorias como "una hermosa dinamita".

Con Astaire también rodó la deliciosa película "La Bella de Moscú" (Rouben Mamoulian - 1957); y si la Garbo pudo reír cuanto quiso como Ninotchka (en la versión precedente de esta historia), desde luego nunca llegaría a ponerse unas "pecaminosas" medias de seda, símbolo de todo lo malo del capitalismo, con la magia de la que era capaz Cyd Charisse que, todo hay que decirlo, en esta película estaba sencillamente preciosa. Fred Astaire terminó sentenciando: "Cuando bailas con Cyd sabes lo que es bailar", todo un cumplido viniendo de alguien tan exigente y perfeccionista como él.

Poniendo de ejemplo a esta estupenda actriz, queríamos comentar lo rocambolesco que algunas veces puede resultar el conseguir un nombre artístico. Cyd Charisse se llamaba en realidad Tula Ellice Finklea, pero desde muy pequeña su hermano menor le puso el apodo de "Sid" (parece que derivado de "sister) algo que en principio quedó en el olvido. Con el tiempo llegó a participar en los exigentes ballets rusos del famoso Sergei Diaghilev y evidentemente aunque hubiese nacido en Texas, tenía que presentarse con un nombre artístico a modo, con lo que pasó a ser conocida como "Felia Sidorova" y en otras ocasiones como "María Istomina". No tardaría en casarse con su profesor de baile Nico Charisse y cuando decidió dar el salto al cine, a pesar de empezar con el nombre de Lily Norwood, al ver el potencial que tenía aquel bellezón, que bailaba como los ángeles, los directivos de la MGM la instaron a cambiar de nombre, proponiendo ella misma llamarse "Sid" como la apodaba su hermano y "Charisse" por el apellido de su marido y que en esos momentos era también el suyo. La cosa quedó cerca y los directivos de los estudios solo introdujeron un ligero cambio cambiando la "S" inicial por una exótica "C". Se llamaría "Cyd Charisse". La tentación verde ya tenía nombre.


El bailecito de Band Wagon (Melodías de Broadway - 1955)


Y por supuesto el de "Cantando bajo la lluvia"


Imágenes: Cortesía de la estupenda página Doctor Macro: Img 13 - 4 - Imagen 2 de Flickr (CC BY-NC-ND 2.0)

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