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domingo, 20 de febrero de 2022

Carta de Francis Scott Fitzgerald a su esposa Zelda Sayre (1934)


"(...) Tú y yo hemos sido felices; y no lo hemos sido solo una vez, hemos sido felices miles de veces. Las posibilidades de que la primavera, que llega para todos, como las canciones populares, nos pertenezca también, las posibilidades son muy halagüeñas en este momento porque, como siempre, puedo aguantar casi toda la opinión literaria contemporánea, liquidada, en el hueco de la mano, y cuando lo hago, veo al cisne flotando en ella y descubro que eres tú y sólo tú.

Pero, Cisne, flota suavemente porque eres un cisne, porque con la exquisita curva de tu cuello los dioses te concedieron un don especial, y aunque te lo fracturaras tropezando con algún puente construido por el hombre, se curaría y seguirías avanzando. Olvida el pasado, lo que puedas, y da la vuelta y nada de nuevo hasta mí, a tu refugio de siempre, aunque a veces parezca una cueva oscura iluminada con las antorchas de la furia. Es el mejor refugio para ti, da la vuelta despacio en las aguas en las que te mueves y regresa.

Todo esto parece alegórico pero es muy real. Te necesito aquí. La tristeza del pasado me acompaña siempre. Las cosas que hicimos juntos y las cicatrices atroces que nos convirtieron en el pasado en supervivientes de guerra persisten como una especie de atmósfera que rodea todas las casas que habito. Las cosas agradables y los primeros años juntos, los meses que pasamos hace dos años en Montgomery me acompañarán siempre y tienes que creer como yo que podemos recuperarlos, si no en una nueva primavera, en un nuevo verano. Te quiero, amor mío, cariño."

En las fechas en las que Francis Scott Fitzgerald escribía esta carta a su esposa Zelda, año 1934, ésta se encontraba ya sumida en grandes depresiones que desembocarían en una esquizofrenia, enfermedad por la cual paso sus últimos años en psiquiátricos, circunstancias que se asoman discretamente en el contenido de la carta. En ese mismo año de 1934, Scott Fitzgerald escribió una de sus grandes obras "Suave es la noche" que trata significativamente sobre la relación de un psiquiatra con su esposa que es a la vez su paciente. La enfermedad de Zelda, que había sido su musa durante unos años 20 que vivieron en la efervescencia del éxito, terminó por afectar duramente a su carrera como escritor y a su economía. El quedó atrapado por el alcoholismo y murió de un ataque al corazón en 1940, ella le sobreviviría ocho años más y murió en 1948 en el incendio del psiquiátrico donde se encontraba internada. Lejos quedaban sus primeros años de matrimonio en los que todo le sonreía a la pareja, chispeantes y alocados, años en los que se mostraban como dos luminarias en el cielo y resultaban la envidia de los demás.... pero como el propio Fitzgerald decía: «Muéstrame un héroe y te escribiré una tragedia» solo que en este caso hicieron falta dos.

Imagen: De Wikimedia Commons - Dominio Público - (CC0) - Fuente Original

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