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jueves, 22 de julio de 2021

Epicuro y el placer


"Comamos y bebamos que mañana moriremos"

Sí, pero... Y es que estas palabras del filósofo griego Epicuro de Samos (341 a. C. - 270 a. C.) a buen seguro serían matizadas por el propio pensador. Epicuro, nombre que puede traducirse como "aliado" o "camarada", fue el creador del "epicureísmo", una corriente de pensamiento que estaría totalmente de moda en esta sociedad nuestra tan desenfrenada, si no fuera porque a la mayoría de la gente, que tan persistente es en la búsqueda ilimitada del placer, cuanto más inmediato mejor, no se le olvidara de continuo el contrapeso de la moderación y el término medio que tan importante resulta en las enseñanzas del filósofo. 

Epicuro entendía que el fin último de la filosofía no era otro que el encontrar la felicidad, considerada esta como la usencia de turbación en el alma y de dolor en el cuerpo, por lo que mantenía que el propósito de la vida humana no era otro que procurarse el placer -modesto y sostenible- y evitar el dolor de la manera más racional posible, alejándose de los indeseados excesos que no hacen otra cosa que conducir al sufrimiento posterior. Solo así se puede alcanzar ese estado ideal denominado "ataraxia", presidido por la tranquilidad y ausencia de miedo y la "aponía" o ausencia de dolor corporal. Su pretendido y mal entendido "hedonismo" no era una entrega al placer a cualquier precio, así, para Epicuro, los placeres han de satisfacerse con inteligencia y eran incompatibles con el descontrol. El filósofo, que señalaba como superiores los placeres del espíritu sobre los del cuerpo, criticaba en la misma medida el desenfreno y la incontinencia como la renuncia a los placeres carnales, por lo que ponía como premisa que la satisfacción de los goces carnales deben ser satisfechos siempre y cuando no lo hagan de forma que lleven al dolor futuro. Mantenía que esa aspiración a la felicidad, más que del derroche, de la ostentación o del desenfreno, podía ser alcanzada más fácilmente por aquellas personas que vivían una vida sencilla, autosuficiente y rodeada de amigos. 

Se estima que Epicuro escribió alrededor de 300 obras de las que tan solo han llegado a conservarse tres cartas y un par de colecciones de citas. En esos pocos restos de su pensamiento queda patente su sabiduría y esconden perlas como las que siguen:

"Lo insaciable no es la panza, como el vulgo afirma, sino la falsa creencia de que la panza necesita hartura infinita".

"¿Quieres ser rico? Pues no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia."

"Debemos buscar a alguien con quien comer y beber antes de buscar algo que comer y beber, pues comer solo es llevar la vida de un león o un lobo."

"La muerte es una quimera: porque mientras yo existo, no existe la muerte; y cuando existe la muerte, ya no existo yo."

"Es absurdo pedir a los dioses lo que cada uno es capaz de procurarse por sí mismo."

"El hombre que no se contenta con poco, no se contenta con nada."

"No ha de ser dichoso el joven, sino el viejo que ha vivido una hermosa vida."

"Retírate dentro de ti mismo, sobre todo cuando necesites compañía."

"Vale más ser desgraciado y racional que feliz y falto de razón."

"El que no considera lo que tiene como la riqueza más grande, es desdichado, aunque sea dueño del mundo."

"El exceso de cólera engendra la locura."

"El más grande fruto de la autosuficiencia es la libertad"

"De todos los bienes que la sabiduría procura para la felicidad de una vida entera, el mayor con mucho es la adquisición de la amistad."

"Quien afirma que aún no le ha llegado la hora o que ya le pasó la edad, es como si dijera que para la felicidad no le ha llegado aún el momento, o que ya lo dejó atrás." 

"¿Dioses? Tal vez los haya. Ni lo afirmo ni lo niego, porque no lo sé ni tengo medios para saberlo. Pero sé, porque esto me lo enseña diariamente la vida, que si existen ni se ocupan ni se preocupan de nosotros."

"¿Dios está dispuesto a prevenir la maldad pero no puede? Entonces no es omnipotente. ¿No está dispuesto a prevenir la maldad, aunque podría hacerlo? Entonces es perverso. ¿Está dispuesto a prevenirla y además puede hacerlo? Si es así, ¿por qué hay maldad en el mundo? ¿No será que no está dispuesto a prevenirla ni tampoco puede hacerlo? Entonces, ¿para qué lo llamamos Dios? "

"Así como el sabio no escoge los alimentos más abundantes, sino los más sabrosos, tampoco ambiciosa la vida más prolongada, sino la más intensa."

"Límite de la grandeza de los placeres es la eliminación de todo dolor. Donde exista placer, por el tiempo que dure, no hay ni dolor ni pena ni la mezcla de ambos".

"Acostúmbrate a pensar que la muerte para nosotros no es nada, porque todo el bien y todo el mal residen en las sensaciones, y precisamente la muerte consiste en estar privado de sensación. Por tanto, la recta convicción de que la muerte no es nada para nosotros nos hace agradable la mortalidad de la vida; no porque le añada un tiempo indefinido, sino porque nos priva de un afán desmesurado de inmortalidad."

"Así pues, practiquen la filosofía tanto el joven como el viejo; uno, para que aún envejeciendo, pueda mantenerse joven en su felicidad gracias a los recuerdos del pasado; el otro, para que pueda ser joven y viejo a la vez mostrando su serenidad frente al porvenir."

En la imagen se puede ver un busto de Epicuro que es copia romana del siglo II a partir de un original griego de la primera mitad del siglo III a. C. Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.

Imagen: De Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0) - Fuente Original

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