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martes, 25 de mayo de 2021

"Tie a yellow ribbon": La guerra, la cárcel y el origen de los lazos y pulseras de colores

 

"Voy a volver a casa, he cumplido mi condena. Ahora tengo que saber lo que es y no es mío. Si recibieras mi carta diciéndote que pronto seré libre entonces sabrás qué hacer si aún me quieres. Si aún me quieres ata una cinta amarilla alrededor del árbol de roble"

Así comienza "Tie a yellow ribbon" la famosa canción de "Tony Orlando & Dawn", parte del origen de los lazos que hoy se utilizan para solidarizarse con las más variopintas causas. Con ecos remotos en la Guerra Civil inglesa, parece que los colonos ingleses llevaron a Estados Unidos la costumbre de que las mujeres llevaran el pelo recogido con un lazo amarillo en señal de fidelidad a sus parejas que se encontraban fuera del hogar sirviendo al ejercito o en la guerra, tradición de la que se hacía eco John Ford en su película de 1949 "She wore a yellow ribbon", conocida en España como "La legión invencible"

Más tarde el desencadenante de la moda de los lazos toma fuerza con la canción "Tie a yellow ribbon" cuya inspiración parece ser otra. La historia se basa en un preso que tras ser liberado dudaba de si sería bien recibido por su esposa tras el largo tiempo de ausencia. El periodista Pete Hamill, contaba la historia en un artículo publicado en el "New York Post" en 1971. Durante un viaje a Florida en autobús uno de los viajeros llamó poderosamente la atención de unos jóvenes que pronto empezaron a elucubrar sobre cual podría ser su historia. El artículo lo describía así: "Su rostro polvoriento enmascaraba su edad, vestía un sencillo traje marrón que no le quedaba bien. Sus dedos estaban manchados por cigarrillos y se mordía mucho el interior de su labio. Se sentó en completo silencio y parecía completamente inconsciente de la existencia de los demás". La curiosidad les pudo a los jóvenes y decidieron intentar saber su historia. Supieron que su nombre era Vingo y tras ir acercándose poco a poco a aquel misterioso hombre lograron que les contara la razón de su viaje y de su inquietud. Vingo regresaba a su casa tras una condena de cárcel de cuatro años y les dijo: 

"Cuando estaba en la cárcel escribí a mi mujer. le dije -Martha, entiendo si no puedes seguir casada conmigo-. Le dije que iba a estar fuera durante mucho tiempo y que si ella no podía soportarlo, si los niños seguían haciéndole preguntas o si le dolía demasiado, ella podría olvidarme. -Buscate otro hombre (ella es una mujer realmente maravillosa) y olvídame-. Le dije que no tenía que escribirme ni nada y ella no lo hizo. No durante tres años y medio.La semana pasada, cuando estaba seguro de obtener la libertad condicional, le escribí de nuevo. Le dije que si tenía un hombre nuevo, lo entendería. pero que si no lo tenía, si ella quería que volviera, me lo hiciera saber. Vivíamos en Brunswick y hay un gran roble justo a la entrada de la ciudad. Le dije que si quería que volviera, debía atar un lazo amarillo en el árbol, y yo volvería a casa. Si no, podía olvidarse del lazo y yo lo entendería y seguiría mi propio camino"

A la entrada de pueblo se tapaba los ojos con las manos, temeroso de ver el roble. Los jóvenes que ya conocían la historia empezaron a gritar de alegría y solo entonces Vingo pudo ver el árbol repleto de lazos amarillos. El relato fue reimpreso en la revista "Reader's digest" en 1972 y sirvió de inspiración para los compositores Irwin Levine y L. Russell Brown para escribir la famosa canción "Tie a yellow ribbon round the ole oak tree", que hizo mundialmente famosa Tony Orlando & Dawn, un exitazo que vendió mas de tres millones de copias y que se encaramó a lo más alto de las listas. En España fue versionada exitosamente por "Los Mismos".

El tema coincidió con los últimos años de la Guerra de Vietnam y la canción de moda tomó una nueva dimensión y recordando aquellos lazos que las mujeres se ponían en el pelo originariamente, paso a ser un nuevo símbolo. Así, cuando los soldados americanos iban a la guerra, las familias de estos tenían la tradición de colocar un lazo amarillo alrededor del árbol más sano y fuerte que estuviera a la puerta de su casa, como símbolo de que lo tenían siempre presente y del deseo de que volviera sano y salvo, así durante la guerra hubo alguna que otra calle que estaba llena de lazos, uno por cada hijo que estaba en el frente. Cuando llegaba la noticia de una perdida el amarillo se cambiaba por un lazo negro. Aquellos lazos amarillos fueron los primeros de otros muchos lazos de los colores más diversos que sirvieron y sirven como símbolo de solidaridad y lucha por las más insospechadas causas y que de rodear arboles han pasado a lucir en nuestro pecho, prendidos de nuestras ropas con un alfiler o en forma de pulsera en nuestras muñecas. 

Tony Orlando & Dawn:


"Los Mismos" y su maravillosa versión en español


Imagen: Cortesía de la estupenda página Doctor Macro: Fuente Original

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