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jueves, 4 de marzo de 2021

Beethoven y su Séptima Sinfonía



"Ya no eres un hombre, no para ti mismo, sólo para los demás, para ti ya no existe la felicidad fuera de ti mismo, de tu arte. Oh Dios, dame fuerza para conquistarme, nada debe atarme a la vida"

Son palabras de Beethoven, al parecer pronunciadas en 1812, fecha de la que data su Séptima Sinfonía, una prueba palpable, de que sabía encontrar siempre esas fuerzas, esa inspiración para trascender lo meramente mundano y acercarse al terreno del ideal, algo que lograba con desconcertante frecuencia. Aunque resulte obvio para muchos y dejando de lado otro tipo de composiciones como sonatas, conciertos o cuartetos, las sinfonías de Beethoven guardan muchos tesoros aparte de los que podemos encontrar en sus celebérrimas sinfonías 3ª, 5ª, 6ª y 9ª, las más mencionadas y valoradas por todos. Un ejemplo perfecto podría ser el segundo movimiento, Allegretto, de esa Sinfonía nº 7 en la mayor op. 92 que antes citábamos. El día de su estreno fue todo un éxito, tanto que ese segundo movimiento hubo de ser repetido por la orquesta una vez finalizada la obra, es el más lento de todos ellos, pero también sin duda el que es capaz de conmovernos de una manera más intensa. Por cierto, la obra fue estrenada en 1813 por una formación dirigida por el propio Beethoven que contaba entre sus ilustres músicos con figuras tan sobresalientes en la historia de la música como Sphor, Meyerbeer, Hummel, Moscheles o Salieri.... Todos a las órdenes del genio, de Beethoven.

Así que vamos con ese segundo movimiento -Allegretto- de su séptima sinfonía, dirigido en esta ocasión por Christian Thielemann al frente de la Filarmónica de Viena (2010 - Wiener Musikverein), una obra que presentamos con otra frase del admirado Beethoven: 

"La música es una revelación superior a toda sabiduría y filosofía, es el vino de una nueva procreación, y yo soy Baco, que prensa este vino glorioso para los hombres y los emborracho con el alcohol"



Y como prueba de que la Séptima Sinfonía es mucho más que su allegretto, no me resisto a dejar también su tercer movimiento -Presto-, esta vez bajo la batuta de Bernard Haitinik, en el que Beethoven se muestra tan lleno de fuerza y vitalidad como en otras obras suyas más conocidas.


En la imagen de cabecera aparece una escultura de Beethoven obra del escultor alemán Adolf Fremd datada en 1908

Imagen: De Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0) - Fuente Original

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