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sábado, 27 de febrero de 2021

"Johnny cogió su fusil" y el horror de la guerra


 

Antes de convertirse en película en 1971, la novela "Johnny cogió su fusil" (Johnny got his gun) le reportó a Dalton Trumbo el National Book Awards de 1939 como el libro más original de ese año, una obra que creo puede ser considerada como el mejor alegato contra la guerra que se haya escrito jamás. La novela nos habla de Joe Bonham, un joven que tras alistarse en el ejército estadounidense y servir en la Primera Guerra Mundial, sufre la explosión de un obús que destroza su cuerpo. Se despertará en la cama del Hospital para descubrir poco a poco que ha perdido los brazos y las piernas y lo que es aún peor, también ha perdido su rostro incluyendo sus ojos, oídos, dientes y lengua. De pronto su cerebro intacto y su lucido pensamiento descubren que está totalmente sordo, mudo, ciego e incapaz de moverse. Solo encuentra una forma de comunicarse, a través de pequeños movimientos de su cabeza en la almohada utilizando el código morse. Cuando logra comunicarse por primera vez, tras pedir socorro, le preguntan, dándole pequeños golpecitos de morse en su frente, qué es lo que quiere, él, moviendo su cabeza, contesta así:

"Quiero sentir el aire fresco sobre mi piel. Quiero sentir que hay gente a mi alrededor. No... Resultaría demasiado caro cuidarme al aire libre. No lo harían. Pero puede que haya un medio de que lo pague yo. ¡Sí, sí que lo hay! ¡No tienen más que exhibirme y la gente pagará por verme! ¡Mucha gente! ¡Pónganme en una urna de cristal y sáquenme fuera para que la gente se divierta! ¡Llévenme a las playas y a las ferias! ¡A las fiestas del cuatro de julio y a los circos! ¿Han visto a la mujer de dos cabezas de Tombuctú? ¿Y al hombre con cara de perro que se arrastra como un reptil...? Pero ellos son distintos. Ellos nacieron así, así los hizo Dios. Pero esto que está en una urna ha sido hecho por los hombres. Por usted, por mí y por el vecino de al lado, y eso requiere mucha planificación y cuesta mucho dinero. Que me hagan publicidad como el único trozo de carne del mundo que habla con la nuca, y si eso no atrae al público, digan que soy el último hombre del mundo que se alistó en el ejército creyendo que el ejército hacía hombres. ¡Izad la bandera, muchachos, vuestra bandera, su bandera, cualquier bandera, que la bandera necesita soldados, y el ejército hace hombres...! Quiero salir para que la gente me vea. Que me lleven a una feria donde puedan contemplarme todos. Sáquenme fuera... Si no quieren dejar que la gente me vea, entonces, mátenme, mátenme, mátenme"

En otro párrafo, este hombre atrapado en la cárcel de su cuerpo, habla de la sinrazón de ir a la guerra:

"Cuando los ejércitos comiencen a moverse y las banderas ondeen y los slogans sean vociferados, ten cuidado muchacho porque son las castañas de alguien más quemándose en el fuego, no las tuyas. Son sus palabras por las que estás luchando y no estás haciendo un trato honesto, tu vida por algo mejor. Estás siendo noble y después que te maten el motivo por el que entregaste tu vida no te hará ningún bien y posiblemente no hará bien a nadie más tampoco.

Tal vez esa sea una mala forma de pensar. ¿Existen muchos idealistas por ahí que dirán qué hemos caído tan bajo que nada es más precioso que la vida? Seguro que existen ideales dignos de luchar por ellos y hasta de morir por ellos. De no ser así somos peores que las bestias del campo y nos hemos hundido en la barbarie. Entonces dirás, eso está bien seamos bárbaros con tal de no tener guerra. Tú mantén tus ideales mientras a mi no me cueste la vida. Y ellos dirán pero seguro que la vida no es más importante que los principios. ¿Entonces dirás o no? Tal vez no la tuya, pero la mía lo es. ¿Qué diablos son los principios? Nómbralos y quédatelos.

Siempre podrás escuchar a la gente que está dispuesta a sacrificar la vida de alguien más. Son muy ruidosos y hablan todo el tiempo. Los puedes encontrar en las iglesias y escuelas, en los diarios y las legislaturas y los congresos. Ese es su negocio. Ellos suenan maravilloso. Muerte antes que el deshonor. Esta tierra está santificada por la sangre. Estos hombres murieron en la gloria.

No deben haber muerto en vano. Nuestra muerte es noble.

Hmmmm.

¿Pero qué dijeron los muertos?

¿Ha regresado alguno de la muerte? ¿Si quiera uno sólo de los millones que murieron alguno de ellos regresó y dijo en nombre de Dios, estoy contento de estar muerto porque la muerte es siempre mejor que el deshonor? ¿Dijeron estar contentos de morir por hacer un mundo mas seguro para la democracia? ¿Dijeron me gusta más la muerte que perder la libertad? ¿Alguno de ellos dijo es bueno pensar que me volaron las entrañas por el honor de mi país? ¿Alguno de ellos dijo mírenme estoy muerto pero morí por la decencia y eso es mejor que estar vivo? ¿Alguno de ellos dijo aquí estoy y me he estado pudriendo dos años en una tumba extranjera, pero es maravilloso morir por tu patria? ¿Alguno de ellos dijo, Viva! morí como un hombre y estoy feliz, miren cómo canto aunque mi boca se atraganta con lombrices?

Nadie sino los muertos saben si todas estas cosas de las que la gente habla son dignas de morir por ellas. Y los muertos no pueden hablar. Así que las palabras sobre muertes nobles y sangre sagrada y honor y demás están puestas en los labios de los muertos por los ladrones de tumbas y los mentirosos que no tienen ningún derecho de hablar por los muertos. Si un hombre dice muerte antes que deshonor es un tonto o un mentiroso porque él no sabe lo que es estar muerto. Porque no es capaz de juzgar. El sólo sabe sobre la vida. El no sabe nada sobre morir. Si él es un tonto y cree en la muerte antes que el deshonor, déjalo ir por delante y que muera. Pero todos los jóvenes que están muy ocupados en la pelea deberían dejarlos tranquilos. Y todos los que dijeron que muerte antes de deshonor era pura tontería, que lo importante es la vida antes que la muerte, deberían dejarlos en paz también. Porque los que dicen que la vida no es digna de ser vivida sin ideales tan importantes que estés dispuesto a morir por ellos, están todos locos. Y los que dicen ya verás llegará un tiempo en el que no puedas escapar y tendrás que luchar y morir porque de eso dependerá tu propia vida, ellos también están locos. Están hablando como ignorantes. Están diciendo que dos y dos no suman nada. Están diciendo que un hombre tiene que morir para proteger su vida. Si aceptas pelear aceptas morir. ¿Ahora si mueres para proteger tu vida, no estás vivo de cualquier forma, así que dónde está el sentido en eso? Un hombre no dice dejaré de comer hasta morir para librarme del hambre. No dice gastaré todo mi dinero para ahorrar dinero. No dice quemaré mi casa para librarla del fuego. ¿Por qué entonces deberíamos desear morir por el privilegio de vivir? Debería existir tanto sentido común sobre la vida y la muerte como lo existe para ir a la tienda y comprar un pedazo de pan.

[...]

No existe nada noble al morir. Ni siquiera cuando mueres por honor. Ni siquiera cuando mueres como el mayor héroe que el mundo haya visto. Ni siquiera cuando eres tan grande que tu nombre nunca será olvidado y quién es así de grande? Lo más importante es su vida muchachos. Ustedes no son nada muertos, excepto para los discursos. No los dejen burlarse más. No pongan atención cuando les den palmadas en los hombros y les digan, ven con nosotros tenemos que pelear por la libertad o cualquier palabra que usen, porque siempre hay una palabra.

Sólo digan, señor lo siento, no tengo tiempo para morir, estoy muy ocupado y después den la vuelta y corran como si el diablo los siguiera. Si ellos dicen cobarde, no presten atención, porque su trabajo es vivir y no morir. Si ellos hablan sobre morir por los ideales que son más grandes que la vida, ustedes le contestan, señor usted es un mentiroso. Nada es más grande que la vida. No hay nada noble en la muerte. Qué hay de noble en yacer en la tierra y pudrirse. Qué hay de noble en no volver a ver la luz del sol. Qué hay de noble en que te vuelen las piernas y los brazos. Qué hay de noble en ser un idiota. Qué hay de noble en ser ciego y sordo e ignorante. Qué hay de noble en estar muerto. Porque cuando esté muerto señor todo se habrá acabado. Ese es el fin. Será menos que un perro, menos que una rata, menos que una abeja, que una araña, que un gusano blanco arrastrándose en un depósito de estiércol.

Usted está muerto señor y murió por nada.

Usted está muerto señor. Muerto. "

En 1971, el propio Dalton Trumbo, uno de los grandes guionistas de Hollywod y uno de los que más sufrió la caza de brujas de MacCarthy, dirigió la versión cinematográfica de su novela, logrando un film tan sobresaliente como su escrito previo. Dejamos la escena del primero de los parlamentos:


Imagen: Tomada de Flickr donde figura con licencia (CC BY 2.0) - Fuente original

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