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viernes, 11 de diciembre de 2020

"La Mona Lisa del Sena": La macabra historia del rostro más besado de la historia

 

"El moldeador que visito todos los días tiene dos máscaras colgando al lado de su puerta. La de una joven que se ahogó que alguien copió en la morgue porque era bella, porque aún sonreía, porque su sonrisa era tan engañosa, como si lo supiera."

Eso escribía Rainer Maria Rilke en "Los cuadernos de Malte Laurids Brigge" en 1910 inspirándose en la máscara que abre esta entrada y que esconde alguna que otra sorpresa.

Muchos de los muñecos utilizados para practicar la Reanimación Cardio-Pulmonar (RCP) tienen el mismo rostro, el de una joven a la que por ser su función la que es, practicar el "beso de la vida", es para muchos el rostro más besado de la historia. Pero resulta que ese rostro tiene una curiosa historia detrás. 

Allá por 1880 el cadáver de una preciosa chica apareció en el Sena. En el rostro de aquella joven, que no tendría más de 16 años, aún se atisbaba una ligera  y enigmática sonrisa y en su cuerpo no había señales de violencia por lo que se pensó en el suicidio como la causa más probable. Cautivado por su misteriosa belleza, un médico de la morgue a la que llegó el cuerpo, moldeó una máscara mortuoria de su cara (la de la foto inicial), que en principio tenía el propósito de ayudar a su identificación mediante la exposición pública, algo del todo normal en la época. No se tuvo éxito y nada se supo de la identidad de la joven,  pero pronto el rostro sonriente de aquel bello cadáver se convirtió en el comentario de todo París y en las crónicas se decía sobre el lugar en el que se exponía: "No hay una sola ventana en París que atraiga más espectadores que esto". En breve, se vislumbró que allí había negocio y se hicieron múltiples copias de la máscara de "La desconocida del Sena" que sirvieron de fetiche a bohemios y escritores. Para los ingleses era una nueva Ofelía (a la izquierda un detalle del cuadro de Millais), para Albert Camus, había ecos de la Gioconda en su enigmática sonrisa, lo que hizo que fuera conocida también, con el nombre más poético de "La Mona Lisa del Sena". Esa sonrisa congelada por la muerte sirvió de inspiración a poetas como el ya mentado Rilke, a escritores como Nabokov, a fotógrafos como Man Ray, inspiró ballets e incluso llegó a convertir a "Annie" en toda una "influencer post-morten" al decir del libro sobre el suicidio "El dios salvaje", en el que su autor, Al Álvarez, mantiene: "Me han dicho que toda una generación de chicas alemanas inspiraron su apariencia en ella". Así, "Annie", como también conocían a la chica de la máscara, se convirtió en el modelo estético a seguir en media Europa hasta la llegada de Greta Garbo

Cuando en 1956 se pensó que sería beneficioso crear un maniquí de entrenamiento con el que practicar la reanimación cardiopulmonar, los médicos James Elan y Peter Safar diseñaron el modelo al que finalmente dará forma el fabricante Asmund Laerdal. Este último se tomó la licencia de utilizar como modelo para el rostro una de aquellas máscaras de "La Mona Lisa del Sena" que sus abuelos guardaban aun en su casa. Así es como "La desconocida" se convirtió en el rostro de "Resusci Anne", un muñeco que ha ayudado a aprender técnicas que han salvado millones de vidas en todo el mundo, que convirtieron a Annie en el rostro más besado de la historia y que hicieron de la pobre chica del Sena, la bella del cadáver feliz, un símbolo de vida.


Fuente: A partir de un artículo de ABC. Enlace.

Imágenes: De Wikimedia Commons - Imagen 1 (CC0) - Imagen 2 (CC0) - Imagen 3 (CC BY 2.0)

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