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domingo, 22 de noviembre de 2020

Erik Satie y las Gymnopédies


 

"Antes de componer una pieza, camino multitud de veces a su alrededor acompañado por mí mismo"

Con estas palabras dejaba claro Erik Satie que la aparente sencillez de sus obras pianísticas era solo un espejismo, de hecho, alcanzar la belleza de piezas como las que conforman el ciclo de las Gymnopédies o las Gnosiennes requiere un estudio profundo sobre cómo alcanzar la pureza despojándolas de cualquier nota superflua. 

El caso es que el singular Satie, un personaje en toda regla que nos regalará más de una jugosa anécdota en el futuro, era un pequeño desastre a la hora de tocar al piano sus propias creaciones. Alberto Zurrón, en su muy recomendable libro "Historia insólita de la Música Clásica", nos cuenta que cuando Satie le mostró sus deliciosas Gymnopédies a sus amigos Gustave Doret y Claude Debussy y se sentó al piano para interpretarlas solo logró restarle toda su majestuosidad por la imprecisión y torpeza con la que las ejecutaba (nunca mejor dicho). Debussy, que además de compositor era un consumado pianista, siendo consciente del asesinato que su amigo Satie estaba cometiendo con las piezas, no aguantó más el suplicio y retiró a Satie del piano diciéndole: "Vamos, te mostraré cómo suena realmente tu música". 

Satie no causaba buena impresión en sus profesores de conservatorio. Descombres decía de él: "Debería trabajar más duramente. Estudiante muy dotado pero muy haragán", en otra ocasión decía: "El estudiante más haragán del Conservatorio. Sonido agradable. Espléndido ataque. Tiene excelentes cualidades que el trabajo duro puede desarrollar. Lecturas con esfuerzo." Otro profesor de Satie, Ambroise Thomas, incidía en la misma idea: "Podría hacerlo mejor pero no trabaja lo suficiente". En cualquier caso no creo que las escasas notas, la sobriedad y languidez de las Gymnopédies sean en modo alguno una muestra de esa pretendida "flojera" del compositor, si no más bien, una manifestación de ese talento latente que tras la misma ya vislumbraban sus profesores.

Las Gymnopédies nacen tras leer Satie la obra "Salambó" de Gustave Flaubert, momento en el que decide crear unas piezas de piano inspiradas en danzas de la antigua Grecia. No es "Gymnopédie" un término inventado por Satie, que ya sabemos era muy dado a dar nombres muy singulares a sus obras, de hecho había versos contemporáneos como los de Contamine de Latour que hacían uso de la palabra y en los diccionarios de la época se definía el término como la danza que era practicada por jóvenes bailarines espartanos desnudos, unas danzas de las que existen ecos en obras de Jenofonte, Platón o Plutarco. Se sumergió tanto en las composiciones de estas obras el desocupado Satie, que en cierta ocasión, al ser preguntado por su ocupación, al no ocurrírsele nada mejor que decir, se presentó como Gimnopedista y hay quien mantiene que incluso se presentaba así antes de haber escrito una sola nota de las maravillosas Gymnopédies.

Las obras pese a su minimalismo, a su cadenciosa y melancólica expresión (cada una de las tres Gymnopédies tiene indicaciones de interpretación del tipo "Lento y doloroso", "Lento y triste", "Lento y grave") son un verdadero desafío a las convenciones de la música clásica de su época y hasta se podría decir que tienen su puntito transgresor. No obtuvieron gran reconocimiento en su día y sin embargo hoy son piezas de gran éxito, perfectamente reconocibles y familiares para la mayoría (aunque no sepan su nombre) y profusamente utilizadas en multitud de películas o anuncios. Brian Eno, uno de los grandes impulsores del género conocido como "Ambient" señalaba a Satie como una de sus principales influencias.

Según Jean-Pierre Armengaud en "Erik Satie, una biografía para piano"

"La música de Satie (...) simplemente transpira inquietud, tirita de frío ante el academicismo de la tonalidad, se queja discretamente de no ser como todo el mundo, sonríe de no estar inscrita en ningún "partido" estético, se ríe de su propia pretensión, se ahoga frente a su probable impotencia, se ilumina con la conciencia de sí misma, se eleva sin hacer ruido para no asustar a sus demonios y muere por el simple hecho de haber existido"

Alexandre Tharaud interpreta la Gymnopédie nº 1:


Imagen: De Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0) - Fuente Original

4 comentarios:

  1. Un compositor genial sin duda. A veces el talento pasa también por no quemarse practicando y practicando como ocurre muchas veces. Por cierto, mucha gente no se da cuenta pero Satie es el músico calvo que sale en la película "Moulin Rogue" y que pasa muy desapercibido. Felicitaciones por el blog y saludos!!!!

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    1. No me había percatado de que aparecía en "Moulin Rouge", será una buena excusa para revisitar la película. ¡Un saludo!

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  2. Un compositor que tendría para mil posts más como éste, inacabable. Soy fan de Satie, hasta tengo la Gymnopédie No. 1 como despertador todos los días, una manera de despertar tranquila, sin sobresaltos y hermosa.

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    1. Y sin duda vendrán muchas más anécdotas sobre sus trajes de pana, su único amor o su colección de paraguas... ciertamente es un personaje que da mucho juego. ¡Un saludo!

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