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viernes, 21 de agosto de 2020

Las trece virtudes de Benjamín Franklin

“Sé amable con todos, sociable con muchos, íntimo con pocos, amigo de uno, y enemigo de nadie”

Era Benjamín Franklin un hombre prolífico en grandes citas como la anterior, el ejemplo del hombre ilustrado, comparable en cierto modo al gran Leonardo. Fue mucho más que un hábil político, periodista o el científico descubridor, entre muchos otros inventos, del pararrayos y las lentes bifocales. Era el decimoquinto hijo de una familia muy humilde y a pesar de la pobre educación que pudo recibir la compensó con creces con su gran curiosidad y un incansable ánimo por la lectura. Tras lograr el éxito y fortuna como impresor se dedicó a la ciencia, su verdadera pasión. Por eso, por ser un hombre hecho a si mismo, tiene un especial valor la lista de las 13 virtudes que Franklin consideraba que debía seguir una persona para alcanzar la perfección moral. En lo que casi parece un manual de autoayuda de esos que tanto éxito tienen en la actualidad, citó apenas dos de las virtudes cardinales (Justicia, Fortaleza, Prudencia y Templanza) y ninguna de las tres virtudes teologales (Fe, Esperanza y Caridad), las suyas eran otras, las que ponemos a continuación: 

1.- Templanza: “No comas hasta sentirte harto. No bebas hasta la ebriedad”.

2.- Silencio: “No hables sino lo que puede beneficiar a otros o a ti mismo; evita las conversaciones triviales”.

3.- Orden: “Ten un lugar para cada una de tus cosas. Ten un momento para cada parte de tu trabajo”

4.- Resolución: “Decídete a llevar a cabo lo que debes hacer; realiza sin falta lo que hayas decidido”.

5.- Frugalidad: “No hagas ningún gasto sino para hacer bien a otros o a ti mismo; es decir, no malgastes ni desperdicies nada”.

6.- Trabajo: “No pierdas nunca el tiempo; ocúpate siempre en algo que sea útil. Deshazte de todas las acciones innecesarias”.

7.- Sinceridad: “No uses engaños hirientes; piensa inocente y justamente y, si hablas, habla en concordancia”.

8.- Justicia: “No perjudiques a nadie, ni haciéndole daño ni omitiendo lo que es tu deber”.

9.- Moderación: “Evita los extremos. No guardes rencor por las injurias tanto como creas que lo merecen

10.- Limpieza: “No toleres la falta de limpieza en el cuerpo, las vestiduras o la habitación”.

11.- Tranquilidad: “Que no te turben las naderías o accidentes corrientes o inevitables 

12.- Castidad: “Recurre rara vez al placer venéreo, y hazlo sólo por motivos de salud o procreación, pero nunca hasta sentirte harto o débil, y sin que llegues a afectar tu propia paz o reputación o de la otra persona”.

13.- Humildad: “Imita a Jesús y a Sócrates”.

Y como hombre metódico que era, se centraba cada semana en una de sus virtudes y a modo de autoexamen anotaba con un puntito en una tabla con entradas de las virtudes y días de la semana, las veces en que se había alejado de sus propósitos. A la siguiente semana abordaba una nueva virtud sin intentar olvidar la anterior, con el propósito último de lograr dejar toda la tabla sin anotaciones. 

Y es que como decía el propio Franklin: “Un camino de mil millas se comienza con un solo paso”

Imagen: Tomada de Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0). Se enlaza la fuente original:
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Benjamin_Franklin_by_Joseph_Duplessis_1778.jpg

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