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jueves, 2 de julio de 2020

El actor, el disfraz y el arte de la mentira


"Una de las pretensiones más vanas de los actores es la de "meterse en el personaje". ¡Con lo cómodo y económico que resulta meter al personaje en el actor! Pero el lado infantil parece indispensable a todo actor, y especialmente a los buenos, hace que el actor, como un niño pequeño que se disfraza y al que sus papás siguen la corriente haciendo creer que no saben quién es, tenga esa ilusión y afición por el disfraz. Si el público le quiere, como si de un papá babeante se tratase, le permite jugar a ser Hamlet o Juana de Arco, y hasta disfruta con ello, aunque ni el más lerdo de los espectadores ha olvidado por un segundo que se trata de Marlon Pérez o Pepito Brando haciendo de Hamlet o de Juana de Arco. Ahora bien, si ese actor disfrazado carece de la gracia del público, el espectáculo que ofrece resulta tan grotesco como ridículo. (...) El actor inteligente sería el que, conocedor de sus limitaciones, evita el lamentable espectáculo de pretender ser lo que no es y nunca podrá ser. Montgomery Clift y Humphrey Bogart se pusieron una vez el sombrero y las pistolas. Una y no más. No repitieron. Charles Laughton nunca hizo de anoréxico ni Marilyn Monroe de madame Curie" 

Extracto de la entrada "Actor" en "Mi diccionario de cine", una sensacional libro de Fernando Trueba. En la cabecera podemos ver a Marlon Brando "disfrazado" de Napoleón en "Desirée" (Henry Koster - 1954)

ImagenLa fotografía es cortesía de la estupenda página Doctor Macro. Se enlaza la fuente original:
https://www.doctormacro.com/Images/Brando,%20Marlon/Annex/Annex%20-%20Brando,%20Marlon%20(Desiree)_01.jpg

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