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sábado, 7 de marzo de 2020

Brahms y las malas cantantes



Brahms no debía de ser una persona fácil; de hecho le suelen describir como una persona huraña e irritable. En esta linea se cuenta que en cierta ocasión se vio obligado a recibir la visita de una cantante cuyas dotes para la canción distaban mucho de impresionar al compositor. No era suficiente que se interrumpiera su rutina sino que además la cantante se atrevió a pedirle a Brahms que le cediera una de sus obras para sumarla a su repertorio. Me imagino al músico buscando una salida airosa de aquel atolladero y evitar que una de sus piezas terminara siendo destrozada por aquella supuesta "diva".

"En estos momentos ninguna de las obras que tengo escritas es apropiada para usted, por lo que deberá esperar un poco". Acertó a decirle.

La cantante, no cejó en su empeño y cargando la suerte le preguntó con ansiedad si tendría que esperar mucho tiempo para poder disponer de la ansiada canción. En esta tesitura a Brahms no le quedó más remedio que olvidarse de diplomacias y dejarle las cosas claras:

“No se lo puedo decir, pero las únicas canciones que le prestaría son mis canciones póstumas. Así tendré la seguridad de no oírselas cantar”

Y este compositor tan aparentemente intratable (hay anécdotas totalmente contrarias) nos regaló, entre muchas otras maravillas, una pieza que han cantado prácticamente todas las madres del mundo para acunar a sus bebés. La famosa "canción de cuna", aquí en la maravillosa voz de Sumi Jo, a la que a buen seguro Brahms no le habría negado nada.


Imagen: La fotografía está tomada de los fondos de Wikimedia Commons, donde figura etiquetada como Dominio Publico. Se enlaza la fuente donde figuran todos los detalles de la imagen:
https://es.wikipedia.org/wiki/Johannes_Brahms#/media/Archivo:JohannesBrahms.jpg

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