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domingo, 16 de junio de 2019

El día que Elizabeth Taylor salvó a Montgomery Clift de la muerte


A pesar de que no logró ganar ningún Oscar durante su carrera, no cabe duda de que Montgomery Clift es uno de los grandes actores que ha dado Hollywood. Elizabeth Taylor estaba perdidamente enamorada de él y buscaba su compañía siempre que podía sin aceptar que la homosexualidad de Monty hacía imposible una relación que fuera más allá de una solida amistad. Ya habían rodado juntos la sensacional película "Un lugar en el sol", a la que pertenece la fotografía de cabecera, y ahora se volvían a unir para rodar "El árbol de la vida", un film con pretensiones de ser un nuevo "Lo que el viento se llevó", y que no estaba siendo del agrado de Monty que con 36 años tenía la misión de dar vida a un ingenuo muchacho de 17. El 12 de mayo de 1956, durante un descanso del rodaje, Monty fue invitado por Elizabeth Taylor para que fuera a cenar a su casa, con la excusa de que un párroco que le había visto en su papel del Padre Lonegan en "Yo confieso" quería conocerle. Monty temía que finalmente serviría nuevamente de confesor de las penas de Liz por sus problemas matrimoniales con Michael Wilding y ciertamente el párroco no se presentó. Si acudió a la fiesta Rock Hudson y Kevin McCarthy uno de los mejores amigos de Monty. Hay quien dice que apenas bebió, otros que lo hizo en exceso, lo cierto es que cuando se despedía, no muy avanzada la noche y viendo la niebla que había le dijo a su amigo Kevin:

"Kevin tiene que ayudarme a bajar la montaña o me pasaré toda la noche dando vueltas por ella"

El propio Kevin que circulaba con su vehículo por delante del de Monty cuenta como se produjo el accidente y los momentos posteriores:

"De pronto miré por mi retrovisor y vi que Monty estaba demasiado próximo. Se me ocurrió que iba a gastarme una de sus habituales bromas, dando un golpecito a mi coche. De modo que pisé el acelerador. El coche de Monty parecía casi encima del mío. Me pegunté si sufriría un ligero desvanecimiento y me asusté. Pero estábamos en plena curva y era peligrosa. Nos desviamos, rechinando los neumáticos en la oscuridad. Detrás de mí vi las luces de los faros de Monty oscilando de uno a otro lado de la carretera y luego oí un estrépito terrible. Una nube de polvo apareció en mi retrovisor. Corrí e aquella dirección. El coche de Monty aparecía arrugado contra un poste de telégrafo. Olía a gasolina y el motor seguía funcionando. Conseguí estirarme por la ventanilla y apagar el motor pero no veía a Monty. Corrí hacia mi coche e iluminé con sus faros el de Monty. Entonces lo vi enroscado bajo el salpicadero. Tenía el rostro desgarrado, como una pulpa sanguinolenta: le creí muerto. Volví a la casa temblando y golpeé en la puerta. ¡Ha sucedido un terrible accidente. No sé si Monty vive o ha muerto, buscad una ambulancia, rápido!, grité. Mike Wilding y yo tratamos de evitar que Elizabeth nos acompañara, pero ella se revolvió contra nosotros como una tigresa. ¡No, no. Voy a ver a Monty!, gritó. Y se precipitó por la colina."

Cuando llegaron, vieron el coche totalmente aplastado y sin que se pudiera abrir la puerta delantera. Liz, de forma decidida se introdujo por el maletero y llegó como pudo hasta el asiento delantero. Cogió la cabeza de Monty, que estaba a punto de perder la consciencia, y la puso sobre su regazo, momento en el que este exhaló un gemido y empezó a atragantarse, mientras se señalaba el cuello. Liz le introdujo sus dedos en la boca y logró sacar varios dientes que tras perderlos en el golpe y cambiar de postura se le habían alojado en la garganta y le impedían respirar, con lo que parece que le salvó de morir asfixiado. Se cuenta que más tarde Monty le regaló a Liz, a la que llamaba "Bessie Mae", los dientes engarzados en oro a modo de recuerdo.

Posteriormente, todavía en el coche, fue atendido por el Doctor Kennaer. Cuando llegó este, Monty todavía tenía fuerza para realizar presentaciones: "Doctor Kennaer, le presento a Elizabeth Taylor". Finalmente fue sacado del coche entre el doctor y Rock Hudson. El doctor recuerda como encontró al actor:

"Fue un milagro que viviese. Sangraba desde profundos desgarrones en la mejilla izquierda. Tenía la nariz rota, la mandíbula y aplastado el seno nasal. También sufría conmoción cerebral. No se le hizo cirugía plástica cuando ingresó en quirófano. Se le reconstruyó principalmente la mandíbula."

Fue nuevamente Elizabeth Taylor quien se preocupó de evitar que la prensa molestara al actor durante su estancia en el hospital y que se lo fotografiase hasta que su cara fue correctamente tratada y reconstruida. Su celo por salvaguardar a su amigo de los reporteros gráficos fue tal que, antes de que fuera trasladado del lugar del accidente, Liz junto a Rock Hudson, Michael Wilding y otros amigos presentes en la cena previa, hicieron una cadena humana alrededor del coche cuando llegaron los periodistas, para evitar que se tomaran fotos de su amigo. Tras seis semanas, Monty, atiborrado de calmantes para soportar los dolores, volvió al rodaje de "El árbol de la vida" para cumplir con su contrato y terminar la película, siendo notorio el cambio en su rostro si se comparan las escenas que se rodaron antes y después del accidente, y ciertamente este aspecto morboso de ver al actor tras el suceso contribuyó al éxito de la película.

Monty ya no volvió a ser el mismo; las secuelas fueron notables y sufrió dolores crónicos de por vida, algo que unido a la ligera desfiguración de su rostro hizo que el actor, que ya abusaba de los calmantes y el alcohol antes del suceso, entrara en una espiral de autodestrucción que lo llevó a la muerte diez años después, en lo que ha sido considerado el "suicidio más largo vivido en Hollywood". Murió con tan solo 45 años.

No se pierdan el vídeo que acompaña la entrada, donde se muestran fotos muy interesantes.


Imágen: La imagen ha sido tomada de la fabulosa página Doctor Macro, especializada en fotografías de cine clásico y de la que se ha recibido consentimiento expreso para la utilización de sus fondos. Link a la imagen: 

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